La vida es un carrusel (capítulo dieciséis)
Fecha: 19/09/2024,
Categorías:
Gays
Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos
... quien se movía sobre él.
- ¡Oh, qué maricone cubano! ¡Oh, me gusta, me piache!
Yo seguía dando placer a aquel macho y aunque hacía poco que lo conocía, habíamos compenetrado bien, bueno, él me había penetrado mejor. Al rato tomó las riendas Andreas, me hizo notar que quien llevaba la batuta era él. Me tumbó en la cama y me hizo ponerme a lo perrito para seguir dando pinga hasta que se vino dando empujones para meter más adentro su pinga. Quedamos agotados allí, abrazados y unidos hasta que la pinga se empezó a poner floja. Fue a lavarse, después yo. Antes de salir nos dimos muchos besos y me decía muchas cosas que no lograba comprender.
Salimos complacidos, abrazados. El dueño nos recibió con una sonrisa de oreja a oreja. Acompañó al italiano hasta la puerta y regresó.
- ¡Oye, de verdad que eres el mejor porque a ese no hay quien se lo singue! Es mucho ¿no?
- Bueno, sí… pero singa de maravilla. - le dije yo.
¡Mira, tú no te me vayas a perder ahora, ya hablaremos! Andreas se fue porque tiene asuntos de trabajo pero me dijo que regresaría y que quería contigo pasar toda la noche.
Me fui a la sala, no conocía a nadie de los que estaban allí. Pero no estuve mucho tiempo solo, el dueño vino con un mexicano.
- Mira, este es lo mejor que hay. - le dijo refiriéndose a mí. - ¿qué? ¿Le conviene?
- Pos sí, tiene buenos labios… - fue lo único que dijo aquel ser pequeño de estatura y de rasgos aindiados.
- Él viene a por una buena mamada, nada de ...
... singar…así, que ya sabes…-y dirigiéndose al extranjero. - Dígame dónde desea, ya sabe que un privado es más caro…
- ¡Yo quiero aquí!
Me quedé sentado donde estaba, el mexicano arrogante se plantó delante de mí y sacó su pinga de color oscuro para que yo me la metiera en la boca. En ese momento si me sentí humillado, el dueño viendo mi confusión, me susurró al oído, “esto es paga doble para ti, no te preocupes”. Todos los de la sala pusieron su vista en lo que estaba pasando. Casi no tuve tiempo de nada, ni de pensar porque ya tenía en mis labios su pinga. Se la mamé, se la mamé allí delante de todos. Algunos se acercaron para ver, otros se sentaron en otros sitios para tener mejor vista. Por suerte mi tortura duró poco, el muy pendejo se vino en nada agarrando mi cabeza para llenarme la garganta. Fue mi triunfo sobre él, me tragué su leche y le limpié la pinga y se la guardé. Él se largó sin decir nada. Yo me fui al lavabo.
Estando en el lavabo entró el señor que había ido a buscarme, era quien cambiaba las ropas de cama de las tres habitaciones que había.
- ¡Veo que desde que llegaste no has parado!
- Maldito idiota de mierda… - murmuré yo.
- ¡Bah, no lo tomes a mal! Es un tonto porque pudiendo singar, mira lo que ha hecho…, es un payaso pero es un cliente fijo y ya sabes, el negocio es el negocio.
Al pasar por detrás de mí se me pegó diciéndome.
- ¡Oye! ¿Y a los que trabajamos aquí no nos da un chancecito?
Me sorprendió aquello que me había dicho, lo miré ...