1. La vida es un carrusel (capítulo dieciséis)


    Fecha: 19/09/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... desde el espejo.
    
    - ¿Qué? ¿Quieres que te la mame?
    
    - No, nene, me conformó con que me dejes darte lengua en ese culito… -vio mi confusión. - Mira, después de la singada del italiano, pues que te den lengua te aliviara bastante.
    
    Me dejé hacer, me bajó los pantalones y arrodillándose detrás de mí, abriendo mis nalgas, empezó a lamer mi ojete. Me hizo volver a sentir, a ser el de antes, a desear singar.
    
    -Me dejas que te eche el lechazo en el ojete, después te lo limpio. - me dijo, yo asentí deseando sentir su semen caliente en mis nalgas.
    
    Cuando se iba a venir se levantó y lo que realmente hizo fue meterme la pinga. El muy cabrón estaba bien armado. Se vino y al sacarla, pues volvió a lamerme el culo. Después me subió los pantalones y besándome en la nuca, me dijo.
    
    - ¡Coño, que si fuera yo más joven…, te sacaría de esta vida y me casaría contigo!
    
    Así fue como empezó mi relación con Juanca, es decir Juan Carlos, así se llamaba el señor, que tenía 57 años, calvo y bigotudo, algo sexy y buen singador. Ese día estuve con dos más que me singaron, y las dos veces nos metimos en el baño para que Juanca me aliviara mi ojete. Me fui con él, me fui a su casa que vivía cerca.
    
    - Mira, ven conmigo, yo no soy joven, tengo casi sesenta pero sé dar pinga y lengua…, yo antes era de los bugarrones de la casa, pero ya el tiempo ha pasado. No te voy a prohibir que sigas singando allí, tú eres joven y necesitas mantenimiento.
    
    Fue sincero conmigo y así empezamos a vivir ...
    ... juntos. Yo no iba todos los días a la casa a singar, me pusieron miércoles, viernes y sábado, el resto estaba en la casa esperando a que llegara mi nuevo marido. Al dueño le pareció bien aquello, aunque finalmente descubrí que todo había sido un complot para que no me perdiera. Él mismo me lo dijo como a los dos días. No les guardé rencor a ninguno de los dos, ni al dueño ni a Juanca.
    
    - Mi niño, déjame que te dé pinga ahora… - me despertó por la mañana.
    
    Yo me volví para dejarle, pero él me hizo volverme y me dijo.
    
    - Quiero singarte de frente, a ver, te la meto y bajas los pies, te voy a singar de frente para que veas lo que es singar como lo hacen los cheos.
    
    Efectivamente, me sorprendió aquella manera, primero me penetró y después me hizo bajar las piernas, él quedó sobre mí y como tenía una pinga larga pues al menos la mitad me quedaba dentro. Singamos con pasión, era mejor de lo que parecía, besaba muy rico. Cuando se vino me dijo.
    
    - Quiero hacerte mi mujer.
    
    Así fue, me convertí en la pareja de Juanca. Los días que no trabajaba, me ocupaba de la casa y de esperarlo. Los días en que trabajábamos juntos, pues regresábamos juntos. El italiano no regresó porque nada supe de él. Me sentía bien, supe que Coque me estaba buscando y hasta había ido a mi casa, pero con había tenido la preocupación de no decir a nadie nada. Me sentía bien, tranquilo con mi nueva vida.
    
    Un día Ramiro pasó por allí, por suerte estaba yo. Nos alegramos ambos de vernos.
    
    - ¡Ya me enteré ...
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