Vecina dominante
Fecha: 20/09/2024,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... poniendo esa chancleta en mi boca para que no escuchara nada. Ni siquiera sé cuánto tiempo fui golpeado, pero llegó un momento en que todo parecía estar dormido, no podía sentir mis piernas ni mi trasero más que en ese momento.
Estaba todo marcado, pero mi excitación continuaba, y quería más, más, más...
Cristina dejó de golpear y empezó a empujarme para que me bajara de su regazo. Me puse de pie y volví a mostrar mi pene, todavía erecto, y ella dijo:
- Por cierto te gustó... ¡¡¡No es verdad...Niño...!!! ¡Quiero ver en el cuarto si seguirás pensando así!
Me tomó del brazo y me condujo a una habitación, y apenas entramos me ordenó que me arrodillara sobre la cama. Ni bien me arrodillé se quitó la toalla que tenía envuelta alrededor de su cuerpo, quedando totalmente desnuda, volteé a ver su cuerpo, pero fui reprimido con una fuerte bofetada en la cara.
Usando la toalla de baño, comenzó a atar mis dos tobillos juntos, y el otro extremo lo ató a la cama eliminando cualquier posibilidad de intentar escapar de esa posición y situación.
Cristina fue al armario y agarró un cinturón de cuero, lo dobló por la mitad y salió chasqueando para causar más pánico.
Un miedo mayor invadió mi cabeza, comencé a pedirle perdón, y a pedirle que no hiciera lo que estaba por suceder.
Pero no pareció servir, realmente parecía querer marcar ese día con un broche de oro. Llegó al lado de la cama y lentamente pasó el cinturón por mi espalda y mi trasero quemado por los golpes, ...
... y dijo:
- ¡Ahora tendrás lo que te mereces, por haber usado mis chancletas todo este tiempo para masturbarte sin mi presencia y sin mi autorización!
Y vino el primer golpe del cinturón, di un grito de dolor y me tiré en la cama retorciéndome... Ella vino a mi lado y levantándome de los cabellos dijo:
- Cada vez que hagas eso y te salgas de posición te daré 10 cinturonazos más... ¡Escuchaste bien!
Le supliqué perdón, pero no hubo manera, ella comenzó a golpearme el trasero, las piernas, yo estaba mordiendo y abrazando una almohada con tanto dolor, creo que fueron como 30 golpes de cinturón, y ella se detuvo... Estaba acariciando mi trasero por unos momentos como si quisiera acariciarlo o masajearlo.
Cuando sentí su mano apartarse de mi cuerpo, miré hacia atrás pensando que me iba a desatar y soltar, pero al contrario, se agachó y se quitó la chancleta del pie. Cris se acercó a mi cara y comenzó a frotarme la boca con su hawaiana, alternando entre pequeños giros en mi cara. Así pude visualizar su hermoso cuerpo, que en ese momento estaba muy cerca.
Unos pasos más adelante, y ella estaba desnuda frente a mí, con una chancla en una mano, digna de una vista que nunca olvidaré. Cristina sin decir nada, tirando de mi cabello puso mi cabeza justo en frente de sus piernas y me estaba obligando a acercarme a su coño.
Seguía empujando y frotando contra mi cara, y balanceándose a un ritmo muy rápido. Hasta esa fecha nunca había tocado siquiera un cuerpo femenino, ni ...