1. Mi odiosa madrastra, capítulo 6


    Fecha: 21/09/2024, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    La intimidad que había surgido con mi madrastra el día anterior, me había dejado perturbado. Había llegado a la conclusión de que era una mujer anormal, que posiblemente tenía ciertos problemas psicológicos. Pero quizás la cosa era más simple de lo que yo imaginaba. Tal vez debería tomar como válido ese discurso que ya me había repetido varias veces: que ella confiaba en mí, que sabía que jamás le haría daño, ni me propasaría.
    
    Yo había demostrado eso de sobra. Desde el primer día en el que empezó nuestra intensa convivencia, Nadia me había orillado a situaciones inverosímiles, en las que cualquier otro tipo no dudaría en propasarse, o al menos en tirarle los galgos para ver la reacción de ella. Es cierto que, en principio, mi rectitud inquebrantable se debía tanto al rechazo que sentía hacia su persona, como al hecho de que se trataba de la mujer que hasta hacía algunos meses, dormía con papá.
    
    Pero de a poco, el desprecio fue reemplazado por una simple irritación, debido a lo torpe e impredecible que era. Además, la idea de que había sido responsable, al menos en parte, de la muerte de papá, cada día que pasaba se me antojaba más absurda.
    
    De todas formas, seguía sin comprender a esa excéntrica mujer. Estaba claro que detrás de sus actitudes había una provocación hacia mí. Seguramente quería ver cómo reaccionaba. Era como si todos los días quisiera reafirmar que realmente era alguien de confianza, que de verdad podíamos hacer cosas juntos, sin que hubiera ningún ...
    ... malentendido. Cosas tan normales como que ella posara desnuda frente a mí, para que yo le sacara fotos.
    
    Yo era de pensar que no debía huir de ese tipo de situaciones. Si de verdad era tan íntegro como yo mismo estaba seguro que lo era, no había motivos para hacerlo. Al fin y al cabo, un cuerpo desnudo no era más que eso. Y un culo era solo un culo. Aunque claro, el culo de ella no era cualquiera.
    
    Pero la cuestión es que solía inclinarme a pensar que, mientras que ambos tuviéramos en claro que cuál era nuestra relación, no habría problemas. Sin embargo, por momentos, me daba la sensación de que entrar en todos sus juegos podía ser peligroso. Además, esos juegos parecían ir, de a poco, in crecendo. Eran cada vez más osados. Me pregunté, no pocas veces, si ella misma no estaría perdiendo el control de sus acciones. Otra cosa que me preguntaba, no en pocas ocasiones, era ¿qué relación teníamos realmente? Anteriormente había dicho que mientras tuviéramos en claro cuál era nuestra relación, marcharía todo bien, pero lo cierto era que dicha relación no estaba claramente definida. No éramos familia. Es decir, si ella se hubiese casado con papá hacía años, y hubiera contribuido con mi educación, podría haber sido una segunda madre para mí. Pero para empezar, ni siquiera contaba con la edad suficiente para serlo. Nadia estaba destinada a conocer a papá cuando yo ya fuera grande, pues él le llevaba más de quince años, por lo que nuestro vínculo parental estaba destinado a ser ...
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