Mi odiosa madrastra, capítulo 6
Fecha: 21/09/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... Finalmente, cuando aún me mostraba reticente, insinuó que quizás, a partir de ahora, deberíamos empezar a turnarnos para cocinar.
Qué más daba, pensé yo. Qué le hacía una mancha más al tigre.
— Nadie va a creer que estás cocinando vestida de esa manera —dije, poniéndome en un lugar desde donde podría enfocarla bien.
— Pero es lo que estoy haciendo ¿No lo estás presenciando vos mismo? —contestó ella, para luego empezar a picar la cebolla sobre la tabla de madera que había puesto en la mesada.
— Sí, claro. Pero de todas formas, nadie lo va a creer.
Encendí la cámara del celular. Mi madrastra aparecía de espaldas, y un poco de perfil. Realmente era difícil imaginar que alguien que estuviera usando ese vestido, como si acabase de llegar de una fiesta, estuviera preparando la comida de esa noche. Sus zapatos de tacones altos, que le daban cierto aire de prostituta vip, tampoco ayudaban a que la escena pareciera cotidiana. Quien la viera, pensaría que Nadia no era capaz ni siquiera de encender la hornalla. Pero en lo que respecta a lo culinario, nunca pude decir nada negativo de ella, más bien al contrario, si me veía obligado a dar mi opinión, diría que es una excelente cocinera.
Yo la grababa desde la entrada de la cocina. Me había dicho que el video debía durar apenas dos minutos, así que, aún con cierta reticencia, me dispuse a hacer mi parte. Me fui acercando, dando pasos lentos, pero sin detenerme. Poco a poco, Nadia ocupaba más espacio en el visor de la ...
... cámara. Ella se limitaba a concentrarse en lo que estaba haciendo, fingiendo que no se percataba de que la estaba grabando. Sin embargo, se había corrido el pelo hacia el lado opuesto desde donde ahora la enfocaba, para que su cara saliera perfectamente de perfil, y todos se dieran cuenta de que se trataba de ella.
Cuando estuve muy próximo a ella, me senté en un pequeño banco que había colocado estratégicamente contra la pared que ella tenía detrás. Tomé su imagen desde ahí abajo, tal como me había enseñado unos días atrás. Su trasero pasó a ser el protagonista de esa corta película casera. No me cabían dudas de que en este punto, los futuros espectadores ya estarían con las vergas firmes como mástil.
Mi madrastra había tomado la idea de lo que nos había sucedido en el ascensor. Se subió el vestido unos centímetros, de manera que ahora la prenda no alcanzaba a tapar su pomposo orto en su totalidad, sino que las curvas de la parte inferior de sus nalgas, aparecían, insinuantes, a la vista. Ella extendió la mano, para agarrar una pequeña olla con un poco de aceite donde luego colocó la cebolla que acababa de picar. Pero sin embargo, nada de eso se vio por la pantalla del celular. Desde la posición en la que me encontraba, sólo pude captar cómo ella se estiraba e inclinaba a la vez, cuando agarraba la olla. Ese movimiento hizo que su culo saliera para atrás, y que el vestido se levantara un poquito más. Bajé un poco el celular. Ahí enfoqué perfectamente la tanguita negra que ...