Hermanos en la ciudad
Fecha: 26/09/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos
... tenía libre, mi rostro, esa acción hizo que un rayo de electricidad recorriera mi cuerpo, sensación que nunca había sentido, un hormigueo entre mis testículos y el ano que me sobresalto, pero a la vez me gusto, le contesto a su pregunta con un no pasada nada, pidiéndole que prepare unos mates, le dije entre broma y nervios por lo que había sentido.
Cuando fue a preparar la infusión, mi cabeza loca comenzó a pensar, lo que yo creía eran tonterías.
Nunca había prestado atención a mi hermanita como mujer, la observaba mientras se movía por la cocina.
Tomando nota mental de lo que veía…
Altura: 165.
Peso: 51 kilos.
Pelo: largo, hasta el comienzo de la cintura, con una bandita que le sujetaba su sedoso y brillante cabello castaño claro, formando una cola de caballo.
Ojos: verdosos (no tan verdes) de dulce mirada
Tetas: turgentes (estaba sin corpiño) y se notaban sus pezones.
Culo: redondo y paradito, se deja ver entre el pantalón corto deportivo su firmeza, redondez y dureza. Respingón que le dicen.
Labios: pequeños pero carnosos, los que al sonreír dejaban ver una dentadura blanca, perfecta.
No solo su rostro era bonito… su cuerpo, aunque no alcanzaba la perfección, mostraba que la naturaleza había sido generosa con ella, sin mencionar sus piernas, que sobresalían por la firmeza adquirida por el deporte, de sus muslos.
La silla hizo ruido al lado del sofá en el que me encontraba sacándome de mi pensamiento, había llegado con el mate en ...
... la mano y en la otra el termo con el agua caliente, su histriónica y nerviosa risa me hizo reír a mí también, tome el mate, se lo pase y continuaba riendo.
-Princesa, ¿puedo preguntar el motivo de su risa?
-Si mi príncipe, es que nunca había visto a tu lacayo de pie y tan duro. (Más risas)
Mientras me decía esto miraba mi pene el que hacia fuerza y quería escapar del pantalón de dormir que traía puesto, me sonroje, pero nos echamos a reír ambos.
Debo confesar que era la primera vez que había visto a mi hermana con otros ojos que no fueran los de hermano, sin darme cuenta que todo eso había provocado semejante erección en mí.
Pasados unos días, Nadia retomó el curso normal de la facultad, pedía los apuntes míos para no perder continuidad.
Aprovechando la soledad del departamento y que había empezado a desplazarme, con dificultad, podía hacer algunas cosas, intercalaba entre la computadora y preparar el almuerzo, como así también acomodar un poco para no cargar tanto a Nadia.
Escucho el ruido de la llave introduciéndose en la cerradura y la puerta abriéndose, entra mi princesa y acercándose me da un abrazo y un beso en la mejilla.
-Hola mi príncipe, hoy un día de total aburrimiento en la puta clase, por suerte estas, me puse a pensar en vos y todo a mi alrededor se aclaró y se puso más bello mi día.
-Vos pensando en mí, ¿se puede llegar a conocer ese pensamiento?
-Tal vez en la cena, y si te portas bien, solo si te portas bien te lo cuento. ...