1. Novia Fiestera


    Fecha: 29/09/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Las vibras de una noche de fiesta por el cuerpo, los juegos de luces disparando colores, la música alta, mi novia y yo en el centro del despejado living… ¡Al fin!, al fin puedo pasar un sábado por la noche a solas con mi espectacular novia.
    
    «Mirá como la mueve, la Promo 19»
    
    —¡Wuu! —gritó Daniela—, ese es el tema que pasaban en mi viaje a Bariloche.
    
    —¿Ah sí, en tu viaje de egresados?
    
    —Ella mueve el cu', zarpada en pu', ta esperando que la apoyen por atrás… —cantaba ella mientras me meneaba el trasero.
    
    —¡Faa, lo que habrá sido Bariloche con vos…! —le digo mientras miro todo eso rozando peligrosamente mi paquete «yo quiero ver una mano arriba, como mueven el culo todas esas pibas».
    
    —No te das una idea, qué lástima que no nos conocíamos en ese entonces.
    
    Casi todos los fines de semana mi novia salía a bailar con sus amigas, era innegociable, durante la semana nos veíamos siempre pero los viernes, sábados y, a veces, los domingos eran para las amigas, yo le insistía para reunirme con ella en el boliche con mi grupo de amigos pero ella no quería saber nada. Por esas casualidades de la vida, hoy la gente no estaba con ganas de salir, por ello improvisó una noche especial. Estábamos en una cabaña que se encontraba en un amplio terreno perteneciente a su abuela. Allí habían varias cabañas amuebladas para el alquiler a turistas pero no era temporada, por lo que estaban vacías. La abuela vivía en una casa bastante apartada de donde nos encontrábamos, por lo que ...
    ... podíamos hacer la fiesta que queríamos entre los dos sin temor a quejas. La octogenaria se encontraría, de seguro, durmiendo en estos momentos.
    
    Daniela tenía ambientado esta cabaña para hacer previas y afters con sus amigos, equipada con un buen conjunto de parlantes, neones, luces con movimiento, alcohol y demás enseres. La bautizó “la cueva de la loba”, con un gran cartel colgado en una de las paredes. Estaba emocionado porque podía pasar la noche con mi alocada chica y darle bomba hasta el amanecer.
    
    «Está noche, tengo la casa sola, y quiero jugar contigo al papá y a la mamá, y hacer travesuras sin parar». La música no podía expresar mejor mis morbosas intenciones.
    
    —No pienses que sólo porque somos los dos nada más la noche va a ser tranquila —me dice Daniela con una sonrisa pícara y luego me ordena—: sacate el jean y la camisa.
    
    —Okey… —Obedezco las órdenes de la dama.
    
    Me trae una de sus blusas.
    
    —Tomá, ponétela.
    
    —Ahmm… ¿Qué?
    
    —Yo soy la dueña de casa, se hace lo que ordeno.
    
    Prosigo a cumplir. Me quedé en boxer y con su prenda, que me quedaba como si fuese una musculocita. Ella se quitó la falda solo tirando del cierre, no necesitó sacarse las zapatillas, muy práctico. Lo bueno es que se había quedado en tanga y con su blusita.
    
    Comenzamos a bailar un perreo intenso que me dejó con una erección por todo lo alto. Nos besábamos, tomábamos y luego seguía el baile. Mientras estábamos así, pensaba en lo genial que era tener una novia fiestera y culona ya ...
«1234...»