1. Una joven predicando llamó a mi puerta


    Fecha: 29/09/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos

    ... subida de tono. Pero entonces, tras dudar un instante, decidió darme explicaciones.
    
    –Perdona, pero estaba empezando a pasar un poco de envidia.
    
    –¿Envidia? –Pregunté pensando que se refería a un deseo de ocupar el lugar de la protagonista del texto.
    
    –Me gusta mucho leer relatos, pero en casa me tienen bastante controlada y no me dejan cerrar la puerta de la habitación, así que siempre acabo muy… caliente, y no puedo… bueno… ya sabes. –Se lo pensó un segundo antes de seguir.
    
    –Tú vives solo, ¿no? –Curioseó.
    
    –Si… Ya ves que no puedo pagar el alquiler de un piso muy grande, pero vivo solo, si.
    
    –¿Ves? Tienes intimidad. Puedes hacer lo que quieras y seguramente, si escribes esto, significará que tienes una vida sexual activa y has experimentado cosas así. O si no al menos te puedes hacer una paj… ya sabes… cuando quieras. –Se explicó tratando de autocensurar lo que podía considerarse lenguaje un poco explicito.
    
    –Bueno… Un poco sí. Tengo intimidad.
    
    –Es que… si lo leo entero y pongo mucho, porque me estaba acalorando, la verdad, cuando llegue a casa tendré que buscar escondite en el baño para tocarme rápido. En cinco minutos. Sin disfrutar, sin explorarme un poco y a veces hasta sin llegar a correrme. Y estoy un poco harta de eso, sinceramente. –Ella sola se fue librando de las restricciones a su vocabulario.
    
    Y entonces pensé algo de forma impulsiva y poco calculada.
    
    –¿Y si te vienes aquí?
    
    –¿Cómo? –Me miró levantando las cejas.
    
    –Si, a ver, hay una ...
    ... habitación con cerrojo, o puedo irme y dejarte intimidad para que te tomes tu tiempo y hagas lo que quieras. No solo para eso, también si necesitas silencio para leer o descansar de todo… No sé. –Contesté dándome cuenta según hablaba que le estaba dando demasiada confianza a una desconocida.
    
    –¡Hombre claro! Para espiarme, o grabarme, o a saber, ¿no? –Claramente no le gustó la ocurrencia.
    
    –¡No! A ver… Lo digo por ti. Porque me ha conmovido tu historia y quería quitarte presión de encima y…
    
    –Ya, pero es que no nos conocemos de nada y es raro –Dijo, alejándose más.
    
    –Okey, si, en eso tienes razón, perdona. ¿Cómo te llamas?
    
    –Helena. Pero escrito con hache.
    
    –Yo soy Matthew. Encantado. Es cierto en que no lo he pensado al decirlo y ha sido claramente una mala idea.
    
    –Me voy. Lo siento.
    
    Y la joven predicadora salió de mi casa dando un portazo de indignación mientras yo me quedé sintiéndome un auténtico imbécil con buenas intenciones, pero poco tacto y la boca muy grande.
    
    Lógicamente esa tarde ya no me iba a concentrar después de lo ocurrido, así que guardé y cerré el documento en el software que usaba para escribir, y me puse a ver alguna serie que me distrajera.
    
    Después, cuando me fui a dormir, soñé con ella.
    
    Entré a mi habitación sin ningún cuidado y me la encontré desnuda, sobre mi cama, con las piernas abiertas y masturbándose de forma descontrolada con la mano derecha, mientras sostenía un libro erótico con la izquierda. En seguida dejó el libro a ...
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