1. Indeleble


    Fecha: 30/09/2024, Categorías: Hetero Autor: LuzInsumisa, Fuente: CuentoRelatos

    ... entregaba al placer en todas sus formas. La volvió a golpear haciendo coincidir el movimiento de su mano con la penetración profunda y un leve tirón del pelo. El gemido de ambos se confundió.
    
    Él se retiró a medias, soltó su pelo, y afirmando una cadera mientras recorría espalda y muslo con la otra, volvió a penetrar hasta el fondo. Repitió la acción una y otra vez, cada vez más rápido, igual que la respiración de ambos. Ella apenas notaba los límites de su cuerpo, estaba mareada por la excitación y la falta de oxígeno. La oleada aumentó en ambos y ella volvió a gritar al tiempo que se dejaba caer. Ya no se sostenía, pero no importaba.
    
    Esa noche el centro fue ella. Se sentía protagonista, atendida, escuchada, observada. Era consciente de la total dedicación de él durante todo el tiempo. Pero sabía que el placer era mutuo. No recordaba haber tenido esa sensación de atención y protagonismo antes, pero no era capaz de mucho análisis coherente en ese momento. Se tendieron una al lado del otro, abrazados, en calma.
    
    Ella agradecía cada momento, cada caricia, incluso ...
    ... logró que no sintiera vergüenza por la orina mezclada con la eyaculación de ella luego del segundo orgasmo. Sabía hacerla sentir cómoda con naturalidad.
    
    -Objetivo logrado -dijo ella en un susurro arrastrado mientras se dormía.
    
    Esa noche realmente quedaría indeleble en su memoria, en la de ambos. Una noche de amantes perfecta. En que el placer era el objetivo y el cuerpo de ella el medio, así lo entendieron ambos. Ella se entregó sin miedo al momento y a él. Él se dedicó a ella porque sabía que sus tiempos y la conexión a través de cada poro lo llevarían por el máximo viaje de placer y la gratificación final no desaparecerían.
    
    Esa noche el tiempo se extendió como si fuese infinito. Ni los olores, ni el sudor, ni la humedad los distrajeron ni empañaron el éxtasis. No era necesario hablar, las palabras sobraban. Se durmieron casi al alba.
    
    Al otro día se despidieron temprano, mutuamente agradecidos, reconociendo la singularidad de lo vivido. No se volverían a ver hasta años después, pero esa noche no desaparecería del cuerpo ni del recuerdo de ninguno de los dos. 
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