Cogiendo a full las mellizas polacas en la selva misionera
Fecha: 01/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos
Hace cinco años, partí en mi camioneta 4x4 a recorrer varias provincias, tenía un camper colocado, donde dormía, tenía un pequeño baño y una cocinita. Era suficiente para mí. Durante un mes, recorrí dos provincias, hasta llegar a Misiones, una provincia impactante si uno la recorre por los caminos de tierra. A mediados del siglo pasado, llegó a la provincia una cantidad importante de polacos que se afincaron en el interior. A una finca de sus descendientes llegue una tarde buscando un lugar para pasar la noche.
Me recibió una mujer de unos 45 años, rubia y de ojos celestes. Fornida, de grandes pechos y culo.
- Hola, buenas tardes. Disculpe que la moleste.
- Buenas tardes. Dígame, en que lo puedo ayudar.
- La verdad es que calculé mal el tiempo y está empezando a hacer de noche. ¿Me permitiría estacionar dentro de su finca, para no quedar en el camino?
- ¿Está Ud. solo?
- Si, y no voy a molestar, yo duermo en la parte de atrás, tengo baño y una cocina, solo necesito un lugar para estacionar.
- Pase, estacione debajo de aquel árbol. Dijo la mujer.
Estacioné y la mujer se acercó.
- Si necesita algo, solo golpee la puerta.
- Gracias señora, no quiero molestar. Bastante que me deja estacionar.
Se fue y me quedé pensando lo que debía haber sido esa mujer cuando joven. Me subía al camper y me puse a escribir en mi notebook alimentada por baterías solares, mi bitácora de viaje. Lentamente la noche fue llegando y los golpes en la puerta del ...
... camper me sobresaltaron justo cuando estaba por empezar a hacerme una sopa. Abrí y era la mujer.
- Muchacho, venga a cenar a la casa. No va a comer solo estando en nuestra casa.
- No, por favor, no tengo problema. Le agradezco, pero no quiero molestar.
- Insisto. Ah, mi nombre es Berta.
- Bueno, gracias. El mío es Nicolás. Nico.
- Venga Nico.
La acompañe y cuando entramos a la casa me sorprendió lo hermosa que era en su interior. Fuimos a la cocina y casi me muero de la impresión. Dos copias exactas de Berta, pero con muchos años menos. Y también kilos.
- Nico ellas son mis hijas, Dulce y Estela.
- Encantado. Dije estrechando sus manos.
No podía creer lo hermosas que eran las dos. De haber estado en Buenos Aires, no dudo que serían modelo las dos. Sirvieron una comida típica polaca, y la madre me contó que vivían solas, que su marido había muerto poco después que nacieron las hijas, que eran mellizas. Ella se hizo cargo de la finca y de la educación. Las chicas me miraban, se miraban entre ellas y se reían.
- Tontas, dejen de reírse como tontas. Dijo sonriendo la madre.
- Madre… Dijo Dulce.
- No es normal que vengan muchachos por la finca Nico. Por eso están exaltadas las nenas.
- ¿Nenas?
- Bueno, para mí son nenas. Pero tienen 22 años ya.
- Como para toda madre.
- ¿Hace mucho que anda con la casa a cuestas?
- Dos meses y medio. Es una forma barata de viajar y conocer lugares como este. Estoy enamorado de los caminos, la ...