1. Femdom de cuarentena. De novio a esclavo en castidad (6)


    Fecha: 01/10/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: iñigogom, Fuente: CuentoRelatos

    ... mucha saliva, me restregaba su mano por toda mi cara, y cogiéndome del cuello. Terminé exhausto, con dolor en la mandíbula y el ano. Pero ahora le tocaba a Nuria. Me volvió a poner la jaula de castidad, y me puso el arnés a mi, justo por encima de mi polla. Y haciéndome tumbar sobre la cama, se puso en cow-boy reverse, mostrándome todo su culo y cómo le penetraba el dildo. Y yo sin sentir nada. Después me lo puso en la boca, y empezó a correrse muchas veces. Finalmente, se sentó sobre mi cara para que la limpiara, casi ahogándome, y esparciendo sus jugos sobre mí.
    
    -Te has portado muy bien.
    
    -Gracias, ama.
    
    -Te voy a recompensar, abriéndote de nuevo la jaula para que te corras. Pero bajo mis condiciones. Te vas a tumbar sobre la cama boca arriba, de tal forma que tus piernas estén en el aire y tu polla lo más cerca de tu cara. Y te vas a correr en tu cara. ¿Estamos?
    
    -Sí, ama.
    
    Hice lo que me pedía mientras ella se masturbaba viéndome desde una silla. Mi cara era un despropósito. A la saliva y su corrida medio amarillenta, ya medio seca, se le unió mi corrida, que cayó casi toda en mi pelo y frente. Y con ese aspecto, Nuria me volvió a poner el gag en la boca, me volvió a atar las manos detrás de la espalda y me volvió a poner de rodillas. Y como remate final, me hizo una foto, que a día de hoy sigo conservando. Por último, me dejó allí diez minutos más, que se me hicieron eternos. Estaba hecho polvo, me picaba toda la cara, me dolía aún más la mandíbula por el gag, ...
    ... y tenía el culo ardiendo. Ella se fue a duchar, y volvió desnuda y completamente limpia, que daba gusto verla, y lentamente, me dejó libre.
    
    Esa fue la última vez que nos vimos en una semana y media. Nos despedimos, acordando que llevaría la jaula de castidad todo el día salvo por la noche. Me quedaba por lo tanto yo la llave, lo cual demostraba la confianza que Nuria había depositado en mí, lo cual me alegró mucho. Pero no sabía si cumpliría. Para comprobarlo, Nuria me solía llamar de forma aleatoria una vez al día por videollamada para comprobar que la llevara puesta, y siempre cumplí. Sorprendentemente, conseguí estar diez días sin correrme. Me toqué muchas veces, pero nunca llegué al orgasmo.
    
    Nuria me dijo que fuera a dormir a su casa, ya que sus compañeras de piso se habían ido a Almería unos días. Y ese día empezó el cambio real en nuestra relación.
    
    Al llegar a su casa, le dije que había conseguido aguantar sin correrme, pero no le importó mucho. Me mandó desnudarme en la puerta y entrar. Me puso una correa nueva que había comprado, el gag de las otras veces, y el plug anal con cola rosa. Entonces me dijo que me sentara en el sofá del salón.
    
    -En cinco minutos llega un chico. Todavía no he decidido si te va a follar a ti, a mí, o a los dos. Dependerá de si me gusta o no.
    
    Yo quería responder, pero con el gag, estaba complicado. No se molestó en saber mi opinión, solo me informó. Tampoco me enseñó fotos del hombre ni de su polla. Me dejó en el sofá, mientras ...
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