La vecina (3)
Fecha: 04/10/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: JORGEFAG, Fuente: CuentoRelatos
... Señora Karla se sintiera halagada y excitada, por lo que después de pocos segundos de pensarlo se dijo a si misma, vamos a ver hasta donde es capaz de llegar.
Se acero con el vaso en la mano, sintiéndose con una seguridad que hacía años no experimentaba, haciendo más exagerados sus movimientos al caminar, como mostrando a su presa las armas que poseía.
Llego hasta donde se encontraba Don José, que seguía admirándola sin ningún recato ya, le extendió el vaso con agua y le ofreció a sentarse.
Ella se sentó frente a él, inclinando su torso hacia adelante, para mostrar a través del escote de la blusa parte de sus redondas tetas.
K: Y dígame Don José, que va a hacer después de irse de aquí?
En tanto el jardinero daba grandes sorbos de agua para tratar de hacer saliva que le permitieran poder articular palabras.
DJ: Pues vera Señora, me dirigiré a casa, no sin antes pasar por algunas otras casas a ver si alguien más se interesa en que le arregle su jardín; decía mientras su mirada seguía colocada en el par de tetas de la Señora.
La Señora Karla sentía que ardía en la entrepierna, no quería perder la oportunidad de finalmente dar rienda suelta a sus deseos, por lo que decidió a tomar la iniciativa y pregunto de manera coqueta e inocente:
K: Que es lo que ve con tanto interés Don Juan?
A lo que el jardinero contesto sin mucho pensarlo:
DJ: Pues un hermoso par de botones que sobresalen de dos enormes flores.
Finalmente estaba hecho, ambos habían ...
... dejado en claro sus intenciones, no había manera de regresar al inicio, por lo que la Señora Karla simplemente dio la señal de salida.
K: Porque no viene a darles mantenimiento Don Juan.
El Jardinero literalmente brinco de su asiento, de un gran salto llego a donde se encontraba sentada la Señora Karla, su boca se dirigió directamente al valle entre sus senos, hundiendo la cara entre ellos.
Ella sentía el intenso calor que emanaba e su entrepierna, con el aliento de Don José que le quemaba la piel, al tiempo de la afilada barba corta del jardinero que amenazaba con cortarle la piel de tan gruesos que estaban.
Don José besaba y lamia la parte visible del escote, solamente durante unos pocos segundos, ya que en su desesperación despojo a la Señora Karla de su blusa pero sin despojarla de su collar, quedando al descubierto aquellos senos enfundado en un sostén de talla menor al requerido.
Los pezones se asomaban por el borde de encaje del sostén, mientras que la lengua de Don José trataban de liberarlos mediante un eficaz juego de lengua, ya que para ese entonces sus manos se encontraban amasando las enormes nalgas enfundadas en piel de la Señora Karla.
De un par de lengüetazos pudo lograr que los duros pezones de la Señora Karla se liberaran de la tela del sostén, emergiendo desafiantes, como retando a duelo a la lengua de Don José, quien constantemente arremetía cada pezón con una combinación de embates combinados de lengüetazos y chupetones, alternado de manera ...