1. La vecina (3)


    Fecha: 04/10/2024, Categorías: Infidelidad Autor: JORGEFAG, Fuente: CuentoRelatos

    ... frenética en cada uno de ellos.
    
    Para ese entonces, la vagina de la Señora Karla era un mar de jugos, que hasta se podía escuchar en cada movimiento de piernas como rebosaba de la cantidad de jugos que emanaba.
    
    Al parecer Don José también se dio cuenta de lo anterior, ya que sin cesar en la tarea de atacar despiadadamente los pezones de la Señora Karla, interrumpió momentáneamente las caricias del enorme par de nalgas, para desabrochar el pantalón y en un alarde de destreza despojárselos sin necesidad de quitarle los zapatos de tacón.
    
    Quedo a la vista las enormes caderas de la Señora Karla, que hacían lucir diminutos tanto sus bragas como el triángulo que aloja su ardiente vagina, el Jardinero suspendió el ataque a los pezones para dirigirlo hacia la vagina inundada, volvió a tomarla por las nalgas, levantándola en peso un par de pasos para depositarla sobre el sofá de la sala, donde le recostó la cabeza y espalda, quedando la cintura y las piernas fuera del mueble, Don José se arrodillo ante ella, metió sus brazos por debajo de sus piernas y con ellas se ayudó a levantarlas en peso, hasta que pudo acercar su cara dentro de la entrepierna de la Señora Karla.
    
    De inmediato comenzó a lamer las bragas empapadas de la Señora, era tal la cantidad de fluidos que habían escapado de su vagina, que las bragas se transparentaban por completo, pudiendo ver a través de ellas los labios vaginales, por lo que nuevamente puso a trabajar su lengua por encima de la tela de las ...
    ... bragas, logrando hundirla a través de la rajita húmeda y caliente de ella, no obstante pronto decidió que era mejor prescindir de la tela, por lo que en un arranque de desesperación rompió la delicada prenda, quedando solamente un par de hilachos.
    
    Eran unos lengüetazos prolongados a través de todo lo largo que sus labios vaginales, que comenzaban en su vulva, para terminar en el botón duro y excitado de su clítoris, donde se detenía a jugar, primero dibujando círculos alrededor de él, y después atacándolo directamente, como queriendo jugar vencidas con el botón dilatado; después de un rato invertía la acción bajando con su lengua hasta la vulva donde trataba de penetrar con su lengua lo más profundo que le fuera posible, haciendo que la Señora Karla se retorciera de placer, mientras posaba sus manos en la cabeza del Jardinero, mesando sus cabellos y animándolo a proseguir.
    
    K: Que rico te comes mi panochita Don José!!!
    
    El Jardinero proseguía el recorrido de su lengua, mientras que sus manos posadas en las ahora desnudas nalgas de la Señora Karla, amasaban con frenesí cada una de ellas, hasta que en uno de esos movimientos la punta del dedo medio de Don José se instaló en la entrada del culo de la Señora, un culo palpitante por la excitación, lubricado a mas no poder por la producción en demasía de jugos vaginales; antes de continuar, los ojos de Don José buscaron la aprobación de la Señora Karla, viendo en su mirada un gesto de complacencia, por lo que sin pensarlo dos ...
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