1. El desvirgamiento de Rufina


    Fecha: 05/10/2024, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... le viese el culo, el carnero, que si veía un culo en posición no podía pasar sin embestirlo, comenzó a hacer fuerza para librarse de la atadura, Rufina le quitó la cuerda de sus grandes y enroscados cuernos y el carnero salió corriendo. Salvó los cincuenta metros en un tiempo récord y le dio tal golpe en el culo a Elisardo que salió despedido varios metros. Rufina se partía el coño de risa. A Elisardo maldita fue la gracia que le hizo. Se levantó, echó las manos al dolorido culo y mirando para Cuernos, que lo estaba retando con la cabeza agachada, le dijo a Rufina:
    
    -¡Ven a buscar al cornudo o coméis carnero quince días!
    
    Ante la amenaza no le quedó más remedio que ir a recoger el carnero, pero era tan falsa que encima del mal que había hecho quiso reírse de su tío cuando le dijo:
    
    -Se me escapó. Son cosas que pasan sin querer, queriendo.
    
    Elisardo tenía un cabreo criminal.
    
    -¡Lárgate o tu madre va a tener que vestir de luto!
    
    El acercamiento
    
    Rufina cogió miedo y se marchó, pero desde ese día fue poniendo las ovejas a apastar cada vez más cerca de las cabras de Elisardo.
    
    Una tarde se plantó delante de su tío y le dijo:
    
    -Quiero pedirte perdón por lo de Cuernos.
    
    Elisardo sin quitar la vista de la novela que estaba leyendo, le dijo:
    
    -Ya lo hiciste, ahora vete.
    
    Rufina, resentida por la frialdad de las palabras de su tío, le dijo:
    
    -¡Hay que ser payaso!
    
    Elisardo levantó la vista del libro para mirarla. Vio que llevaba puesto el vestido de a ...
    ... diario, un vestido viejo de color azul con volantes, que le daba por debajo de las rodillas, vio que calzaba sus viejas sandalias, y le preguntó:
    
    -¡¿Qué coño te pasa ahora?!
    
    -¿A quién pretenderás engañar, cabrero?
    
    -¿¡Con qué crees que te engaño?
    
    -Aparentando que sabes leer.
    
    -Sé leer y escribir. Tu madre lo puede corroboran, pregúntale.
    
    -Sí, sabes leer y escribir tanto como el burro del Gervasio.
    
    -Ya te he dicho que le preguntes a tu madre.
    
    Rufina empezó a tener dudas.
    
    -¡¿De verdad sabes?!
    
    -¿Es qué tú no sabes leer ni escribir?
    
    Quiso engañarlo.
    
    -¿Yo? Con tres años ya le leía la cartilla a cualquier perro que me ladrara.
    
    Elisardo era zorro viejo.
    
    -O sea que no sabes. Eres una analfabeta.
    
    Rufina, avergonzada, bajó la cabeza.
    
    -¡Eso me ha dolido!
    
    -Más me dolió a mí la cornada de tu carnero.
    
    -Resentido.
    
    -Sí, el culo me quedó resentido.
    
    -Tú, tú eres un resentido.
    
    -¡Largo! ¡¡Qué corra el aire!
    
    Rufina y su madre
    
    Esa noche estaban Rufina y su madre tomando el fresco en un escalón de la puerta de su casa y le preguntó:
    
    -¿El cabrero sabe leer y escribir?
    
    -Sabe. ¡¿No hablarías con él?
    
    -Es que pensé...
    
    La mujer puso el grito en el cielo.
    
    -¡Te dije que no hablaras con él!
    
    -Es que me cae bien.
    
    Luisa ya no la tenía todas con ella.
    
    -También le caía bien a una amiga mía, pero la dejó preñada y para no cargar con lo que viniese se fue para Suiza.
    
    -No sabía que fuera tan cabrón, será por eso que tiene ...
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