Aventuras y desventuras húmedas: Tercera etapa (Fin)
Fecha: 06/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
... iba a hablar con Paola, esperaba que todo hubiera ido bien. ¡No!, se estaba engañando, quería que le fuera mal… pretendía que aquella chica le dijera que no iba a dejar a su novio y que Carolina se diera un cambio de “aires”. Quería que de un momento a otro recuperase la fe en los chicos, esa que no sabía que la jovencita estaba recuperando gracias a él, y que decidiera darle una oportunidad.
Pero aquello era mezquino, Sergio no era así y rápido recapacitó que lo único que deseaba y de corazón, era la felicidad de la joven, ya había sufrido bastante. Con el móvil en la mano comió tranquilo, con ganas de que sonara, mirándolo una y otra vez por si en la pantalla salía una llamada o un mensaje de Carol.
No hubo nada, llegó la tarde y el móvil solo se iluminó por mensajes de sus amigos y alguno de su hermana, ningún otro. No podía aguantarse, quería hablar con ella, estar a su lado. Era raro que no hubiera vuelto ya, cada vez volvía más pronto los domingos. “¿Para verme? Ojalá…”.
Las horas de la tarde corrieron rápidamente, sorprendiéndose por no haber recibido ninguna noticia de su amiga, aquello era extraño. Salió de su cuarto dando dos golpes en la puerta donde tantas veces había entrado, no hubo respuesta.
Mirando el móvil vio su última conexión, era antes de comer sobre la una de la tarde, aquello ya le hacía pensar demasiado. Conocía las opciones, o bien la conversación con Paola estaba siendo grandiosa, u… horrible.
Se vistió para dar una vuelta, pero con ...
... las ideas fijas de encontrar o ver a su amiga. Bajó a los bancos de enfrente de la residencia y después de diez minutos esperando impaciente cogió el móvil y dio el paso. Marcó el número y esperó, hasta el cuarto tono no hubo respuesta, pero después… al fin escuchó su voz.
—¿Sergio?
—El mismo.
—¿Ha pasado algo?
—No, ¿por qué iba a pasar?
—Nunca me has llamado. —la voz al otro lado del teléfono se notaba rara, con un tono compungido y cierta aspiración de mocos que era evidente.
—Siempre tiene que haber una primera vez, ¿no? —escuchaba el ruido de fondo. El viento aullaba con fuerza y el sonido de las olas rompiendo contra la arena, el mar estaba embravecido— ¿Qué tal estás?
—Bien. —si hubiera querido mentir a conciencia, no habría sido tan realista.
—Eso parece sí… —la ironía era una moneda que le apetecía devolver— ¿Te apetece que vaya a buscarte?
—¿Sabes acaso dónde estoy?
—Me la jugaría que sí al noventa por cien. Además, que seguramente hayas ido en autobús o te hayan llevado…
—Me han traído.
—Voy.
El parking de la playa estaba prácticamente vacío, era domingo a la tarde y el aire soplaba gélido pese a las pocas nubes que había en el cielo. Sergio anduvo descalzo por la playa con las zapatillas en la mano, tenía un destino conocido, y allí encima de una duna, le esperaba Carol.
Comenzó a subir, viendo como su amiga le miraba detrás de sus lentes desde la lejanía. Estaba sentada, con los brazos anudados a sus rodillas y el rostro ...