Aventuras y desventuras húmedas: Tercera etapa (Fin)
Fecha: 06/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
... algo cabizbajo. No hizo falta acercarse mucho para saber que había llorado, además recientemente.
—¿Esta vez sí que vas a admitir que estás llorando?
Carol negó con la cabeza, sonriendo por primera vez en todo el día. Sergio se sentó a su lado rodeándola con un brazo y atrayéndola hacia sí, la chica se dejó hacer porque era lo que deseó todo el día.
—¿Qué tal con Paola? —Sergio fue al grano, no quería dar rodeos.
—Muy bien. La verdad que muy bien. —las palabras salían junto con una sonrisa incrédula.
—Pues espero que no haya pasado nada grave.
—No, Sergio, no ha pasado nada. —con la mirada fija en el infinito mar se acurrucó aún más sobre su amigo— ¿Qué tal con tu madre?
—Todo bien, ya está todo arreglado. Fue todo sencillo, creo que ya no habrá más problemas en casa.
—¿Vas a volver a casa? —escuchaba el corazón de su amigo palpitar con calma, como la relajaba.
—No. He preferido quedarme en la residencia hasta final de curso, para algo pagué al fumado de Marco, ¿no te parece?
—Entiendo… —se humedeció los labios para poder hablar—Estuve comiendo con Paola. Fue todo muy bien, me dijo que estaba enamorada de mí, que iba a romper con su novio y lo haríamos público cuando yo quisiera. Estaba muy contenta por querer empezar una relación conmigo, sonaba muy cierto lo que me decía. Ha sido como siempre quería que fuera.
Hubo un silencio entre ellos que ni el sonido de las olas más bravas podía ensombrecer. Sin mirarla, con el tono más serio que ...
... disponía, Sergio fue a sacar toda la verdad.
—Carol, ¿por qué lloras?
—Porque… —pausó sus labios sin creerse lo que había hecho— después de todo lo que me ha dicho, de esperarla tanto, de aguantar… la he rechazado…
Con el brazo todavía rodeando a la chica ambos miraron como el sol caía por el horizonte. Las nubes que comenzaban a emerger no conseguían tapar el astro que brillaba con fuerza con los últimos rayos del día. Sergio se levantó, cogiendo de la mano a su amiga y llevándola por la arena sin decir nada. Llegaron hasta la orilla, donde el agua congelada les mojaba sus pies.
Ninguno dijo ni una palabra, solo miraban como el sol se escondía debajo del agua. El silencio entre ellos era completo, hablaban con sus mentes, con sus almas, con sus… corazones. Solo el viento les rodeaba, parecía que estaban solos en una playa desierta en el confín del mundo. Seguían de la mano, bien agarrados, sin querer soltarse.
No había dudas, no había barreras, sus sentimientos habían aflorado y ya no podían esconderlos. Calorina sabía lo que sentía, Sergio sabía lo que sentía y con la tensión que respiraban, sabían lo que el otro sentía.
Sin soltarse de la mano, caminaron tranquilamente, como si el tiempo no les afectase, porque era su momento. Sergio tomó la palabra, con voz calmada, con el tono justo para que el viento no le interrumpiese.
—Le dije una vez a mi tía, que no soy muy bueno teniendo amigas…
—¿Por qué acabas queriendo siempre algo más?
Sergio la asintió ...