1. Los cuernos ajenos, a veces, también duelen


    Fecha: 07/10/2024, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... llamaron mi atención pues me citaban.
    
    - “Tu yerno es bastante pelotudo no?”
    
    - “Seguro, pero no sé a qué viene el comentario”.
    
    - “Hace un rato estábamos charlando y pasa a nuestro lado Nuria, caminando acompasadamente con ese pantalón blanco; es verdad que se me escapó la alabanza a las nalgas de tu hija, pero no esperaba una respuesta cortante y con cara de pocos amigos”.
    
    - “Es normal cuando algo no le gusta”.
    
    - “Pero eso no es nada, pues al decirle que lo tomara como broma su respuesta fue <si no lo hubiera tomado así los próximos cuatro meses los pasarías, comiendo con un sorbete y reparándote la cara mediante cirugías estéticas>”.
    
    - “Menos mal que solo lo dijo y no te lo hizo”.
    
    - “Lo crees capaz?”
    
    - “Te cuento una sola cosa. Tiempo atrás salimos a cenar Nuria con él y yo con mi marido. Al término íbamos caminando a buscar el auto cuando se acercaron dos jóvenes, uno, con un chuchillo en la mano, que nos amenazó <Si nos dan las carteras y las billeteras nada les va a pasar>. Darío la hizo retroceder a mi hija para quedar junto a nosotros y respondió <Lo mejor que podés hacer es guardar el cuchillo y regresar a tu casa>. El ladrón se abalanzó <Lo voy a guardar pero dentro tuyo>. Mi yerno lo esquivó dándole un golpe en la nuca y mientras iba cayendo le acertó una patada en la cabeza dejándolo inerte en el piso. El conflicto duró no más de diez segundos. Por supuesto que al otro le faltaron piernas para correr”.
    
    - “Lo desmayó?”
    
    - “Eso pensamos ...
    ... nosotros hasta que vimos la cabeza dislocada, con la nuca a noventa grados de la espalda. Por supuesto que tuvo que dar numerosas explicaciones a la policía logrando que lo calificaran homicidio culposo en legítima defensa. Por si acaso cuídate”.
    
    - “Se me fue la lengua porque que tengo la impresión de que la hija es tan deliciosa como la madre”.
    
    Eso sí fue una sorpresa mayúscula. Reflexionando sobre la asombrosa revelación llegué a dos conclusiones, debía prestar atención a la conducta de ambos y vigilar posibles avances de este galán sobre mi señora.
    
    La frecuentación periódica de estas parejas hizo que mi esposa trabara amistad con las mujeres, compartiendo con ellas algunas tardes que tenía libres. Mi relación era más esporádica por simples razones de trabajo de ambas partes, que en mi caso implicaba terminar en las primeras horas de la madrugada cuando me tocaba controlar la casa de comidas que tenía en sociedad con mi hermano.
    
    Cosa de seis meses atrás dejamos de cuidarnos ante un posible embarazo, dejando que se produjera en el tiempo dispuesto por la naturaleza. Hasta entonces ella tomaba pastillas durante un período y, cuando era conveniente el descanso, yo usaba preservativo.
    
    Una tarde de pileta en casa de Eduardo, alguien comentó de unos esposos vecinos, recientemente separados porque ella lo había encontrado con otra. Siguiendo con el tema el dueño de casa pidió mi parecer.
    
    - “Qué opinás del sexo fuera de la pareja?”
    
    - “Si no implica costo debe ser ...
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