Mi cuñada, mujer caliente si las hay
Fecha: 08/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos
Cuando llegué de vacaciones a la casa de Pablo, mi hermano, ni imaginaba en el caos que se iba a transformar mi vida. Hacía seis meses que me había separado de mi mujer y estábamos en plena etapa de divorcio. Pedro, al escucharme nervioso, me dijo que aproveche que tenía 15 días para tomarme y fuera.
-Escuchame Pedro, aprovecha estos días para relajarte. Aquí en las sierras en esta época es tranquilo y nuestra quinta queda lejos del pueblo. Vamos a poder andar en cuatriciclo, caballos, ir a una cascada, a una pequeña laguna. Y si queremos, vamos al pueblo en el auto.
El plan era perfecto. Pero ya la primera noche… Nos fuimos a acostar, y mi habitación quedaba frente a la de ellos. Al rato de estar acostado, escuche gemidos, quejidos y más gemidos. Llevaba seis meses sin estar con una mujer. Y la excitación empezó a tomar mi cuerpo. No pude contenerme y me hice una terrible paja.
Cuando deje de escuchar gemidos y quejidos, abrí la puerta de mi dormitorio y baje a la cocina a buscar algo para tomar. Grande fue mi sorpresa cuando encontré a Natalia, mi cuñada, solo con una tanga, que también buscaba agua.
-Pedro…
-Perdón, pensé que dormían. Dije y sentí que mi pene se inflamaba por completo.
Natalia era una mujer hermosa, castaña, ojos marrones y un cuerpo hermoso. Ella se quedó llenando el vaso de agua, que empezó a rebalsar y bajo la vista a al bulto que había en mi bóxer. Miro como se rebalsaba el vaso, cerro la canilla y al pasar al lado mío, hizo que su ...
... mano libre rozara mi bulto.
Le tome la mano y ella respiro profundo.
-Está despierto… Dijo en voz casi inaudible.
Solté su mano y volvió a su habitación. De inmediato pensé en el problema que se me venía si le decía a mi hermano. Me serví soda, y salí a la galería abierta de la casa a sentarme en un sillón. Trataba de no pensar. Lo único que me faltaba era pelearme con mi hermano y por mi culpa.
Deje pasar un rato, y apareció Natalia.
-Natalia.
-No digas nada. Dijo y se puso de rodillas frente a mí.
Bajó mi bóxer y tomando mi pija con una mano, me la empezó a chupar. Segundos pasaron hasta que estuvo bien firme y parada. Natalia la lamía, la chupaba metiéndosela toda en la boca, chupaba mis bolas mientras se tocaba por encima de la tanga. Si bien mi pija no es una monstruosidad, es de muy buen tamaño y bastante gruesa. Le llenaba la boca por completo y una parte quedaba afuera.
Yo estaba muy caliente por el morbo de coger a la mujer de mi hermano y por cogerme a esa hermosa mujer. La tome de los cabellos e hice que se acercara a mi cara. Le di un tremendo beso, pero ella no quería. Sin soltarle los cabellos, metí mi mano bajo su tanga y le metí dos dedos en la concha, ella comenzó a gemir y nuevamente la besé.
Ella se volvía a negar.
-No me beses, por favor… Me dijo al oído.
Aproveché que su cuello estaba junto a mi boca, y lo comencé a besar. Ella se empezó a mover haciendo que mis dedos entren totalmente en su concha. Yo sin dejar de besarla, ...