1. La contadora: El congreso


    Fecha: 14/10/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Theresa1986, Fuente: CuentoRelatos

    ... del televisor había un equipo de audio, eché una ojeada rápida a los CDs y me encontré con uno de Frank Sinatra. Lo puse en September Song.
    
    Me abrazó y abrió ligeramente sus labios para darle espacio a mi lengua para moverse dentro de su boca. Me puse de puntillas y me incliné hacia la pasión del beso. Su lengua volvió hacia mí, le gustó mis labios a su vez y luego entró en mi boca, donde yo la chupé con entusiasmo.
    
    "Eres la mejor, Julia." -me dijo al oído. Me encendida. Era solo tocarme y destilaría fluidos a granel. Mi respuesta fue apoyar mi cabeza en su pecho.
    
    Sin razonar, me salió de adentro, en un susurro "Seductooor". Me miró con una sonrisa socarrona.
    
    "¿La música?" -pregunto.
    
    "Un momento colega, soy experta en balances contables, pero estos dispositivos no son mi especialidad." -me había olvidado de pulsar «ON». Disculpe el lector, Mateo y la Divina Providencia; estaba libidinosamente lujuriosa. ¿Me entendieron?
    
    Me volví hacia Mateo que me estaba mirando. Le sonreí, mientras me movía, sabiendo que él me estaba esperando para bien pegaditos bailar bajo la música de Sinatra.
    
    "¿Bailamos entonces?" me preguntó suavemente.
    
    "Señor, en este momento usted es mi hombre", -respondí, "¡Haré lo que mi hombre quiera!"
    
    De vuelta en sus brazos. Continuábamos bailando con Frank Sinatra "September Son" en el living de su apartamento. Él bailaba bien, y yo se lo mencioné.
    
    "Y vos lucís especial hoy", dijo en voz baja.
    
    Presioné mi pelvis contra la de él, ...
    ... buscando la emoción de sentir su creciente pene a través de sus pantalones. Mientras bailábamos, una vez que me apretó contra él, su mano se deslizó hacia abajo desde los omoplatos hasta mi cintura y luego barrió lentamente a lo largo de la cresta de mis nalgas, acariciandolas, acariciándolas y acariciándolas.
    
    Apoyé mi cabeza contra su pecho.
    
    "¡Te llevas el premio, contadora!" dijo.
    
    "Vaya, gracias, Mateo; tal elogio de uno de mis colegas es un gran elogio". respondí.
    
    "¿Habrá en el refrigerador beber?
    
    "Claro, hay Coca-Cola, cerveza, vino, agua mineral?"
    
    "¿Te importa si tomo algo fresco?"
    
    "En absoluto", dijo.
    
    "Bien, vuelvo enseguida", dije con una sonrisa y me fui a la cocina.
    
    En pocos minutos volví al living sonriendo. Llevaba dos Coca-Cola para cada uno. Nos sentamos y dije: "Me voy a poner más cómoda."
    
    Hice una seña de aprobación con la mano. Me saqué el vestido negro lo puse en el sofá más pequeño de enfrente. Ahora usaba mis tacones negros increíblemente altos, además de mis ligas rojas, medias negras y bragas rojas. Él notó cómo sobresalían mis pezones.
    
    "¡Guau!" dijo Mateo: "¡Julia, te ganaste el pastel, el paquete completo es tuyo! Me encantan esos pezones"
    
    "Gracias, Mateos", le susurré.
    
    Tomó un sorbo rápido y me hizo señas para que viniera y bailara con él de nuevo con Sinatra. Me derretí en sus brazos, después de un largo trago de Coca-Cola, y nos balanceamos lentamente al ritmo de la música. Mateos dejó que sus manos se movieran ...
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