1. Esquivo amor


    Fecha: 28/10/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... mamando la polla de poco a poco, sin emplear las manos: primero, aún blanda, la atacó desde abajo; luego, horizontalmente; finalmente, me la chupaba en un ángulo agudo, desde arriba, con devoción. Cuando comprobó la dureza del miembro con la lengua, se subió a la cama, despacio: se acostó bocabajo. La espalda y la nuca ofrecidas. No quise negarme a hacer lo que me pedía que hiciese: follarla por el culo para evitar que su virginidad se viera comprometida; aunque hubiese preferido amarla de otra manera más delicada. Era lo que se me ofrecía y punto: no debía desaprovechar la ocasión de echar un buen polvo. Toni se puso a gatas sobre el colchón, apoyándose en los antebrazos, con las rodillas adelantadas y el culo alzado. Me sitúe de rodillas, por detrás. Le separé las nalgas para atisbar el tierno agujero oscuro por donde debía entrar la hinchada polla que un poco antes, para que estuviese dura como piedra, ella mamó, y la penetré. "Uff, Norberto", soltó ella arqueando la columna hacia abajo; "No ha entrado toda, espera, empujaré un poco más, a-aho-oh-ra", dije; "Uff, sí, ahora, Norberto, la siento-oh, siento tu polla dentro de mí, me gus-ta", dijo. "Oh, oh, oh", follaba yo ; "Hu, hu, ah, uff", y ella. Me agarré con fuerza a su cintura para no perder la profundidad que había alcanzado con la polla en su agujero y seguí dándole. "Guay, qué placer me das, Norberto, uff, sigue más, más, si-gue, estoy a punto-oh de tener un orgasmo, hu, hu, uff", me animaba ella, no obstante no me ...
    ... hiciese falta, pues la calentura de la punta de mi capullo iba en aumento embestida tras embestida, hasta que expulsé el semen con bestial fiereza; me derramé dentro de ella, como en mis ensueños: "¡Qué bieenn, oohhh!".
    
    El día siguiente, yo estaba completamente enamorado. "Bah, un creativo como yo, que dispongo de mujeres a espuertas, bah, ¿yo, enamorado, de esa, de una mujer comprometida, y virgen?, bah", me decía. Pero salía cada día a la hora en que Toni pasaba; sin embargo, había un inconveniente: Toni, ya no pasaba. No la veía, y eso me volvía loco. Mi habitual calma se había visto alterada por culpa de una mujer, de Toni. Busqué consuelo en las muchachas que trabajaban conmigo en el gabinete: gordas, flacas, tetonas, escurridas, jamonas, escuálidas; mas nada: no podía olvidarme de Toni: seguía, pues, enamorado de un esquivo amor.
    
    Comencé a enviarla caros ramos de flores a su domicilio, el cual había memorizado, con notas, amorosas a veces, apasionadas otras veces, no obteniendo respuesta ninguna.
    
    Una mañana temprano, sonó el timbre del tefefonillo: "¿Quién es?"; "Toni". Pulsé de inmediato el botón de apertura. Los pocos minutos que esperé a que sonara el timbre de la puerta se me hicieron eternos. Me preguntaba: "¿Qué querrá?, ¿cómo habrá conseguido mi dirección?, ¿seguirá igual de atractiva?". Sonó el timbrazo como un disparo y abrí de sopetón. "Hola, Norberto, voy a pasar", diciendo esto empujó la puerta, me apartó a mí y pasó. Algo era distinto en Toni: los ...