1. El dentista


    Fecha: 31/10/2024, Categorías: Gays Autor: ThWarlock, Fuente: CuentoRelatos

    ... púbico. Luego, metí delicadamente la mano. Sabía que me mirabas, contestó. Puta, le susurre al oído, mientras le pegaba mi pinga casi al estallar en su apretado culo. No puedo creer que me excites tanto.
    
    Puta tu madre, dijo al incorporarse para luego buscar mis labios y morderlos ligeramente. A eso le prosiguió un húmedo, dulce y delicioso beso con sabor a café cubano. Lo apreté fuertemente hacia mí y acaricié sus nalgas una y otra vez. Por favor me suplicó, se me va a hacer tarde para ir al dentista. Voy contigo, le dije sin pensar.
    
    Ya en la consulta, mientras le esperaba en el lobby, me distraía con una Hermosa y gigantesca pecera que se encontraba ahí a propósito en frente de todos los asientos. La pequeña sala estaba decorada con muy buen gusto y sobresalían unos cuadros con temas marinos y botes. Mi mente voló rápidamente a mi pueblo natal. Se abrió la puerta de la consulta y apareció un sujeto en sus 30 aproximadamente, con sonrisa Hermosa y varonil ojos grises y bata Blanca. Me di cuenta de su presencia solo cuando se dirigió a mí en una forma bien correcta y profesional.
    
    -Joven ¿está usted esperando a que lo atiendan?
    
    No, espero por mi amigo, respondí mientras volteaba a verlo. Se acercó y extendió su mano, se presentó como el Dr. Morales, odontólogo y dueño parcial de la clínica, junto con su padre. No dudé en mirarle su mano izquierda disimuladamente para saber si era casado y preguntarle al mismo tiempo a quien le gustaban los temas marinos en la ...
    ... familia. Noté entonces un aro de oro amarillo en su dedo anular mientras me confesaba su adoración por el mar, los peces y los botes dejándome saber que tenía un yate de los mejores. Su aspecto varonil y su sonrisa, su mirada gris y su voz me hicieron reaccionar rápido. Yo me dedico a limpiar y hacer reparaciones menores de Yates, le dije. Y yo me dedico a limpiar y hacer reparaciones de todo tipo en los dientes, me respondió y soltó una sana carcajada. Se despidió muy cortésmente ofreciéndome una tarjeta y disculpándose porque tenía que prepararse para su rutina diaria.
    
    Me gusta ese tipo, pensé; Pero es casado me dije. Pasé cerca de 1 hora sentado en la salita, mirando los peces y leyendo cuanta revista encontré por mi camino. Por fin llegó mi amigo con unos papeles en la mano, no podía ni hablar. Le habían hecho 3 empastes y todavía no salía de la anestesia. Antes de despedirse, me extendió una tarjeta del susodicho doctor y note que por detrás decía escrito con bolígrafo 50% descuento primera consulta gratis y la firma del tal doctorcito (cincuenta por ciento de descuento y primera consulta gratis). Me palpitó el corazón, pero después que reaccioné analicé que las posibilidades de empatarme con aquel ejemplar de bata Blanca eran mucho menos de 50% y de ser yo el machito de la película, si se daba, eran de 0. Me arriesgué, si de todas maneras yo necesitaba hacerme alguito en mi boca y esa oportunidad no se daba todos los días. La clínica al parecer debido a la tormenta, estaba ...
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