1. Un tipo de 60 años me rompe el culo como ninguno (II)


    Fecha: 03/11/2024, Categorías: Infidelidad Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... amo. ¿Puedo hablar?
    
    —Habla. Me dijo.
    
    —Soy virgen amo, ni un dedo ha entrado en mi culo.
    
    —Entiendo. ¿Sigo?
    
    —No. No siga con el consolador. Quiero su pija amo, que me rompa el culo como la puta que soy en sus manos. Dije.
    
    Él se paró frente a mí y me empezó a coger la boca, mientras Katia chupaba y metía su lengua en mi culo. De pronto, un latigazo en mi espalda.
    
    —Chupa bien puta, ponela bien dura que te voy a abrir bien ese culo. Me gritó Sebas.
    
    Otro latigazo siguió a sus palabras y me puse a chupar con todo, estaba super caliente. Me cogía la boca de una manera infernal a pesar de no tener una pija grande. Pero era su dominio lo que me calentaba. Katia, hacía maravillas con mi orto.
    
    Sebas se salió de mi boca, y se puso detrás de mí. Apoyo su pija en mi culo y al mismo tiempo que me daba un latigazo en la espalda, me la empezó a meter. Yo levantaba mi culo para recibirla por completo.
    
    —Amo, por favor, destroce a su puta. Grite.
    
    Él la enterró hasta el fondo y me empezó a bombear con todo. Su tamaño, como repito no era grande, pero la forma bestial en que me penetraba, me castigaba con el látigo me volvía loca. No sentía dolor, solo placer, oleadas tremendas de placer que cada tanto terminaban en un orgasmo. Como dije antes, era imposible medir el tiempo, como la cantidad de orgasmos. Lo inconcebible, era que la calentura, la excitación era cada vez mayor.
    
    La cantidad de leche que vació en mi culo fue tremenda. Y mi orgasmo fue una locura total. ...
    ... Aun temblando le pude decir:
    
    —Quiero chuparla amo.
    
    El vino hasta ponerse frente a mí, y se la chupe hasta dejarla bien limpia. Vi que había rastros de sangre, algo de mi intestino y su leche. Nada me importó.
    
    Me soltaron y me quedé en un estado de semi inconsciencia. Cuando me recuperé ni Sebas ni Katia estában en la habitación.
    
    Como pude me pare. Las piernas apenas me podían sostener. Agarrándome de las paredes fui al living, y los encontré sentados, mirándome y los dos sonriendo.
    
    —Una toalla por favor. Dije.
    
    Sebas buscó una toalla y me la puse en la cintura antes de sentarme en el sillón.
    
    —Terminamos. ¿Whisky?
    
    —Doble amo, por favor. Dije.
    
    —Toma y están liberadas de decirme amo. Dijo Sebas dándome el vaso de whisky.
    
    Tomé el vaso y creo que tome una medida de un solo trago. Los dos me miraban sonriendo.
    
    —Desgraciados, se ríen de mí. Dije.
    
    —Es imposible no hacerlo. Dijo Katia.
    
    —¿Cómo estás Maca? Me preguntó nuevamente Sebas.
    
    —Increíblemente bien, maravillosamente genial. Dije.
    
    —Me alegro. Dijo Sebas.
    
    —Me cagaste a palos, hija de puta, te gozaste todo, sos una puta en serio. Dijo Katia.
    
    —Si te cague a palos o no, no sé. Sí que soy una puta, no lo dudes. Dije.
    
    —Ninguna de las dos es una puta. Las dos son tremendas mujeres que disfrutan gozando, disfrutan el placer. De esta forma o de otra, eso estoy seguro. Dijo Sebas.
    
    —Explícanos eso. Dijo Katia.
    
    —El BDSM, de esta forma, a este nivel, que es el que a mí personalmente me ...
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