Encuentro esporádico con una persona especial
Fecha: 04/11/2024,
Categorías:
Transexuales
Autor: Daigarus, Fuente: CuentoRelatos
Pablo era un hombre de piel morena, cejas normales, ojos cafés, orejas diminutas, cabello rizado de color castaño que le tapaba la nuca y los laterales del rostro, cachetes un poco hundidos, labios gruesos y oscuros, marcado arco de Cupido, mentón lampiño y triangular con un hueco apenas visible, protuberante nuez de Adán, cuello angosto, hombros altos, pectorales desarrollados, abdomen marcado, cadera delgada, extremidades extensas y fuertes. Tenía muy poco vello corporal. Tenía veintiocho años de edad y medía un metro ochenta y dos. Tenía una voz gruesa, tirando a aguardentosa.
Desde el primer año de la escuela primaria, Pablo se había limitado a socializar con pocos niños de su edad. Era un chiquillo retraído, introvertido y miedoso. Los maestros creían que tenía un trastorno de aprendizaje porque le costaba mucho aprender contenidos básicos, que a los otros niños no les costaba tanto. Lo consideraban un alumno incompetente y de baja autoestima. Una de las razones por las que nunca quiso darse a conocer fue por temor a que descubrieran que le gustaba jugar con las muñecas de su hermana.
En aquellos tiempos, a los niños se los criaba con la costumbre de usar ropa azul, afición por los deportes violentos, interés por los autos y rechazo por el comportamiento mujeril. Estaba terminantemente prohibido que un niño vistiera ropa de niña, o que llevara mudas de color rosa; la cultura sexista acarreaba ideologías segregacionistas que de nada servían más que para separar los ...
... gustos de los sexos.
Pablo (apodado “el miedica” por sus compañeros de curso) pasó su infancia relegado, distanciado de los demás niños, en especial de los repipis. Mientras los demás se divertían practicando deportes como el fútbol o el baloncesto, él se divertía peinando muñecas y dibujando ponis. Los demás niños aspiraban a convertirse en verdaderos machos (nótese la ironía implícita); él soñaba con participar en concursos de belleza como lo hacían las mujeres. No tenía ningún problema con su sexo, lo que le molestaba era el rechazo por no ser como los niños normales.
Los padres de Pablo, el señor Octavio y la señora Marta, poca atención (si es que algo) les daban a los dos hijos que tenían. Malena no tenía ningún problema siendo niña, era ampliamente aceptada por las demás niñas de su edad al ser una más del grupo. Pablo la envidiaba porque ella podía vestirse como quería y él no. Usaba pantalones sólo porque sus padres le obligaban, no porque quería.
La presión social y el contexto sexista, hicieron que Pablo se autoconvenciera de que era un inadaptado social, un enfermo mental, un maldito desviado, por el simple hecho de querer parecerse más a una mujer que a un hombre. Se vio obligado a convertirse en alguien que nunca había querido ser, un jovencito con una marcada crisis existencial. Rechazarse a sí mismo sólo hacía que se sintiera peor. A nadie le importaba lo que pasaba por su mente.
Fue en la escuela secundaria, una institución muy distinta de la olla ...