1. Encuentro esporádico con una persona especial


    Fecha: 04/11/2024, Categorías: Transexuales Autor: Daigarus, Fuente: CuentoRelatos

    ... de grillos en la que había estado nueve años (contando los dos años del nivel inicial), donde conoció a alguien que sentía lo mismo que él. Por casualidad, se sentó junto a la persona que más adelante le cambiaría la vida para siempre, la persona que pasaría a ser su mejor amigo de toda la vida. Se trataba de un tal Andrés Sánchez, un jovencito insociable y con pocas ganas de vivir.
    
    Andrés era albino, de ojos celestes, orejas pequeñas, cabello lacio de color amarillo pálido que le llegaba hasta la nuca, cachetes rechonchos y rosados, nariz achatada, labios blancuzcos, mentón redondeado, cuello grueso, hombros anchos, abdomen grasiento, extremidades fofas, manos con uñas invisibles y pies hinchados. Sufría de miopía y obesidad. Era lampiño y tenía la piel elástica como un chicle. Le habían puesto “bola de nieve” como sobrenombre, algo ofensivo y descortés.
    
    Pablo descubrió que Andrés, además de sufrir acoso escolar y maltrato psicológico de parte de los docentes, también sentía que estaba en el cuerpo equivocado. Odiaba ser el gordinflón de la clase, el mantecoso, el cegato, el lechoso, el andrógino. Casi nadie lo llamaba por su nombre, se dirigían a él con adjetivos calificativos de muy mal gusto. Lo que más le molestaba, aparte de ser el hazmerreír del grupo, era no poder amistarse con ninguna de las chicas. Ellas lo veían como una persona desagradable y apática.
    
    Pablo fue el único que nunca lo menospreció por su condición física ni por su problema ocular, el único ...
    ... que nunca le puso apodos, ni buscó ofenderlo, ni quiso pegarle, ni lo trató como lelo. Fue la única persona que le dio una mano y le ayudó a levantarse y luchar por lo que quería lograr. Gracias a ese comportamiento, forjó los lazos de amistad que luego los mantendría unidos en el futuro.
    
    Durante la adolescencia, esa complicada etapa de cambios hormonales y hábitos nocturnos, Andrés se puso como meta bajar de peso, quería ser delgado y apuesto como su mejor amigo. Tuvo que pasar mucho tiempo haciendo ejercicio, comiendo sano y bebiendo agua para poder eliminar toda esa molestosa grasa que tenía de sobra. En tres años, pasó de tener cien kilos a tener setenta. Obtuvo un cambio notable, se sintió muy satisfecho con el mismo.
    
    Como Pablo era el único amigo de confianza que tenía Andrés, lo empezó a ver como algo más que una amistad cercana. Le pareció extraño admitirlo al principio, pero luego se dio cuenta de que la atracción que había no era algo insustancial. Aquel jovenzuelo maravilloso le había cambiado la vida para siempre al aceptarlo como compañero de juego. Las experiencias cercanas durante la preadolescencia fueron forjando un deseo irreprimible por ganárselo y llevarlo a la cama.
    
    No fue sino hasta el día de graduación que Andrés se le insinuó en el baño de la escuela, diciéndole que quería experimentar con él los placeres que todo púber anhelaba probar. Le contó que sentía por él algo más que aprecio, algo más que admiración; lo que sentía era amor en estado ...
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