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En el primer concierto
Fecha: 05/11/2024, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
Álvaro no cabía en sí de gozo. A sus diecinueve años por fin iba a ir a su primer concierto. Aunque llevaba años soñando con poder ir a un concierto en vivo la suerte no le había sonreído nunca. Por temas económicos o falta de tiempo ningún año había conseguido ir. El otro gran problema es que a ninguno de sus amigos le gustaba el estilo de música que a él le gustaba. La única vez que consiguió que escuchasen a uno de sus grupos no logró que pasasen de la segunda canción del álbum. De haber podido escaquearse del trabajo sabía que su hermano le habría acompañado, pero su jefe no había podido darle el día libre y contra eso nada había que hacer. Intentando que la perspectiva de tener que ir solo no le desanimase repasó nervioso la ropa que había elegido. Los pantalones de cuero ajustados eran sus favoritos, le remarcaban las formas de sus nalgas y le hacían un culo fantástico. La camiseta estaba por estrenar, de su grupo favorito: Odin’s Executioners. Acariciando el extraño logo serigrafiado con la mano sonrió al pensar en el concierto que le esperaba. Su hermano le había dicho que los conciertos de black metal siempre eran brutales y que probablemente no aguantaría, pero pensaba demostrarle lo contrario. Consultando la hora en su smartphone decidió que ya era momento de vestirse. Eligiendo un tanga negro para que no se marcase nada por debajo de sus ajustadísimos pantalones de cuero consiguió embutirse en ellos. La camiseta le quedaba demasiado larga, le tapaba incluso ...
... las nalgas, por lo que se la pilló con la cintura del pantalón. Su hermano le había prestado su primera cazadora de cuero. La había terminado por descartar debido a que se le había quedado pequeña, aunque había visto su buena ración de conciertos y festivales. Cubierta de chapas, pinchos metálicos procedentes de pulseras rotas y raspaduras, transmitía un aire auténtico que sus nuevas ropas no tenían. Le hubiese encantado tener unas buenas botas de puntera metálica, pero se tuvo que conformar con sus viejas deportivas. Mirándose al espejo se aplastó el largo pelo rubio con un poco de agua y comprobó por donde le llegaba ya, contorsionando el cuerpo para mirarse la espalda. Ya le bajaba de los omóplatos. En general pensaba que su estilo de vestir, adoptado recientemente, le daba un aire más rudo a pesar de su cara algo aniñada todavía: una mezcla del hombre que llegaría a ser y el adolescente que empezaba a dejar atrás. Sumamente orgulloso contempló su imagen en el espejo y, juzgando que le faltaban accesorios, entró en el cuarto de su hermano mayor a ver qué podía coger prestado. Cinco años mayor que él, Alberto le había introducido a la música metal casi desde que era un niño. Normalmente no tenía permiso para entrar en su dormitorio cuando él no estaba en casa, pero sabiendo la excitación de su hermano le había dado permiso para entrar si necesitaba cualquier cosa. Algo nervioso rebuscó por el desordenado montón de trastos que abarrotaban el escritorio de Alberto hasta ...