1. Follada en el hospital


    Fecha: 12/11/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hace unas semanas mi cuñado Vicente, del que ya he escrito otro relato, fue padre. Esto nos sorprendió a todos ya que su mujer estaba de siete meses, por lo que el bebé se adelantó. En ese momento Carlos, mi novio, me llamó y me informó de todo.
    
    -Acaba de romper aguas y mis padres no están en la ciudad, y mi jefe no me deja salir hasta que no termine mi turno -me dijo mi novio.
    
    -No te preocupes, ya voy yo.
    
    -¿Estás segura? -me preguntó.
    
    -Sí chiquillo. Cuando salgas de trabajar te acercas y ya me voy contigo luego. No vamos a dejarlo solo al pobre que tiene que estar de los nervios -dije mientras me preparaba-. Yo ahora me cojo algo de ropa cómoda y me la llevo en una bolsa para esta noche, y nos quedamos allí toda la noche con él, mientrs tanto voy yo y así espero a que vengan tus padres.
    
    -Me han dicho que no iban a tardar, sí que como mucho una hora y algo.
    
    Nos dijimos un par de cosas más y lo dejé que volviese al trabajo. Ese día yo llevaba una falda corta de flores, muy de verano, y un top negro. El verano acababa de terminar y todavía se me notaba la piel morena de tantos días tomando el sol. Estaba muy guapa. Metí en una bolsa unos pantalones cortos y una camiseta anchas para poder pasar la noche cómoda, y metí un chándal que Carlos se había dejado en mi casa y una de sus camisetas que yo uso para dormir por si no le daba tiempo a pasarse por su casa después del trabajo. Cogí un uber y en poco tiempo estaba en el hospital.
    
    Entré al hospital y fui ...
    ... hasta la zona de la sala de espera para los partos, y allí, sentado, vi a Vicente. Me acerqué tranquilamente hacia él y comprobé que estaba un poco pálido, se lo achaqué a los nervios y a que seguramente estaría deseando ver a su hija nueva. Era una niña.
    
    -¡Vicente! -dije alzando la voz a mitad del pasillo.
    
    Cuando me vio se levantó y sonrió, llegué hasta él y me dio un abrazo y dos besos.
    
    -Gracias por venir, ya he hablado con Carlos y me ha dicho que hasta un par de horas no podrá pasarse -noté que me miraba de arriba a abajo-. No hacía falta que vinieses.
    
    -Cómo que no hombre, si a estas alturas ya estoy casada con tu hermano. Además, no es ninguna molestia, y estoy deseando conocer a mi sobrinita.
    
    Rió y me miró con un poco de preocupación en el rostro.
    
    -Pues menos mal, porque yo no tengo nada de ganas -confesó.
    
    -¿Y eso? -le cogí de la mano y lo llevé de vuelta a los asientos, tirando de él para que se sentase- Eso lo dices porque estás nervioso.
    
    -Lo que estoy es hasta los cojones. Otra niña porque a ella le ha dado la gana. Ya con esta van tres niños, y no quiero más, pero como no le sale de las narices abortar, otra vez padre.
    
    -Bueno -estaba algo confusa-, un niño siempre es una bendición.
    
    Así me habían criado a mí, mi abuela me inculcó desde pequeña que traer un nuevo bebé a la vida es una bendición y algo maravilloso para los padres, y aunque yo no quería ser madre, me alegraba muchísimo cada vez que tenía un nuevo sobrino o primo pequeño al que ...
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