Follada en el hospital
Fecha: 12/11/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... hasta el fondo. Solté un grito que él apagó con su lengua en mi boca. Chupaba su lengua y jugaba con la mía, sin cerrar los labios, un beso guarro y lleno de saliva, mientras que sus embestidas me penetraban. Sus embestidas eran a las que estaba ascostumbrada, eran embestidas de padres que acumulaban tensión y necesitaban simplemente un polvo para liberarla toda. Necesitaban correrse, volver a sus instintos primarios, para quedarse a gusto y luego volver a casa con sus mujeres e hijos, con la polla babeada por mis babas y mis jugos, y actuar como si nada hubiese ocurrido.
Me incliné hacia atrás, y él lo aprovechó para comerme las tetas. Sus embestidas animales me arrancaban gemidos potentes, y la manera en la que me mordía los pezones solo hacía añadirle leña al fuego. Yo estaba en el cielo, estaba muy cachonda, y él lo sabía y lo notaba. Empezó a embestir más rápido y más fuerte, era uno de los polvos más fogosos y simplemente carnales que había tenido, nada de sentimientos involucrados, solo dos personas usándose la una a la otra. Un hombre que necesitaba correrse y una mujer que estaba dispuesta a ser usada sin ningún otro fin. Mi tipo de sexo.
Me mordió un pezón y noté que yo llegaba al orgasmo, justo cuando sentí que su polla comenzaba a salir de mi coño. En ese momento se me vino a la cabeza las palabras que dijo sobre cómo no quería ser padre y estaba harto de ...
... sus hijos, y algo en mí hizo que enrollase mis piernas sobre su cintura y no dejase que se apartara. Quería que se corriera dentro de mí y probar mi suerte. ¿Le daría un sobrino a mi propio novio?
-Puta de mierda, suéltame -habló por primera vez desde que entró al baño, y se notaba la furia en su voz, pero se iba a correr y tenía demasiada poca fuerza como para separar mis piernas.
Un gruñido me avisó, y poco después noté su leche caliente golpeando las paredes de mi coño. Me estaba rellenando, y yo en ese momento llegué al orgasmo, arañándole el cuello y los hombros. Fue intenso, y me dejó extasiada.
Cuando terminamos, rápidamente sacó la polla de mi interior y, sin pensarlo dos veces, me pegó un guantazo en la cara. Lo miré y estaba rojo de furia.
-Cómo por tu culpa tenga otro hijo te vas a enterar, zorra.
Se guardó la polla en los pantalones, yo me llevé la mano a mi coño y, sacando dos dedos manchados de lefa le dije adiós con la mano mientras salía del baño. Sabía que eso lo haría enfurecer y pagarlo con su mujer.
Cuando salí ya había llegado Carlos.
-¿Qué tal? -me preguntó dándome un beso.
Carlos y yo no teníamos secretos, y nunca nos ocultábamos nada, pero decidí no contarlo lo que acababa de ocurrir hasta saber si estaba embarazada o no.
Sonreí y simplemente le devolví el beso.
-Estaba cambiándome, vamos a buscar a Vicente que está agobiado.