Follada en el hospital
Fecha: 12/11/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... malcriar como si fuese mío.
-Lo será para la madre. No he conocido a ningún padre que diga que un niño es una bendición -afirmó Vicente-. Están todo el día llorando, y cuando crecen siguen llorando y solo estorban. Les tengo cariño porque los he hecho yo, pero son un incordio. Desde que los tengo no follo casi nada, solo cuando se duermen temprano o consigo escaparme de casa -a esas alturas los hermanos y el padre de Carlos no tenían secretos conmigo, y sabía que todos eran infieles a sus parejas, así que lo dijo con naturalidad-. Y después la pasta que hay que gastarse en mierdas.
-Bueno, al menos será algo bueno para ella -dije intentando tranquilizarlo.
-Sí, ahora con la niña pasará de mi y luego se extrañará si estoy todo el día enfadado. Es una inútil, la zorra, no debería haberme casado con ella.
Le acaricié el pelo y posó su mirada en mis ojos.
-Tranquilízate, ¿vale? -dije suavemente- Ya verás como cuando veas a la niña te la comes. Dicen que los padres siempre quieren más a sus hijas.
Le acariciaba el pelo, y parecía que se iba relajando. Le cogí la mano y la apreté para tranquilizarlo más.
-Ahora lo que necesitas es descansar, relajarte un poco...
Miré alrededor y vi a algunas enfermeras que, aunque yo no me sentía atraída por las mujeres, supe ver que eran guapas. Mi cuñado también es muy guapo. Es muy varonil, alto, se mantiene en forma y es muy atractivo, además incluso para el parto de su mujer iba bien vestido.
-¿No hay ninguna ...
... enfermerita que te haya tirado la caña? -le guiñé el ojo- Si alguna te lleva a una habitación libre, yo me callo y hago como que no sé nada, seguro que eso te relaja.
Él sonrió pero negó con la cabeza.
-Qué va, están desbordadas, desde que he llegado he visto ya a cuatro tías pariendo, y por lo visto ya había dos dando a luz en el paritorio, no sabía que esta zona del hospital tenía tantas salas.
Ahora que lo mencionaba, sí era cierto que se notaba el pasillo ajetreado y en movimiento. Abrí mi bolso y saqué una botella de agua y un paquete de patatas.
-Bueno mira, come y bebe algo, ¿vale?
-¿Dónde vas? -dijo alarmado ante la posibilidad de que fuera a dejarlo solo.
-Sólo voy al baño a cambiarme, me he traído ropa cómoda porque veo que nos queda toda la noche.
Vicente puso su mano en mi muslo y comenzó a acariciarlo.
-Yo creo que así estás genial -susurró.
-Sí, pero ya hace frío aquí -el hospital tenía el aire acondicionado congelado-, y me estoy helando. Me voy a cambiar...
Vi que agachaba la cabeza deprimido.
-Mira -señalé hacia el baño-. El baño está ahí, si necesitas cualquier cosa voy a estar ahí dentro, solo tienes que llamar y entrar. No me voy a ir a ningún sitio.
Sonreí y le di un beso en la mejilla. Olía un poco a alcohol, supongo que se tomaría algo para relajarse, y a su colonia, que me encantaba. Me levanté, agarré mi bolso y la bolsa en la que llevaba la ropa y fui hacia el baño. Entré y no eché el seguro. Aquel día no había mucha ...