1. Me acosté con una monja: El amor hacia la hermana Janet


    Fecha: 16/11/2024, Categorías: Confesiones Autor: Omar89, Fuente: CuentoRelatos

    En estos tiempos de Semana Santa me viene el recuerdo de cuando invité a pasar unos días a mi casa a la hermana Janet, una monja novicia de la Orden de Carmelitas Descalzas, con la que Dios bendijo mi vida sexual aquel año. Por entonces me encontraba viviendo en un pueblo andaluz como profesor de Lengua y Literatura y decidí pasar las vacaciones de Semana Santa en el mismo.
    
    En aquel pueblo no abandoné la práctica de mi devoción religiosa, acudiendo a una iglesia renacentista aledaña a un convento de la ya citada orden. Allí conocí a la hermana Janet, una novicia alemana aunque de origen catalán, que había acudido a España para consagrarse a la Orden de las Carmelitas Descalzas por su devoción a Santa Teresa de Jesús. La hermana Janet era una auténtica belleza germánica, con su cara angelical, con rasgos delicados, sus ojos color verde clarito, y su larga melena rubia. Como aún era novicia, no llevaba el pelo oculto por un velo, sino que lo llevaba al aire. Por su vestimenta, vi que Janet cubría el resto de su cuerpo: llevaba una camisa blanca de manga larga, una falda negra que le llegaba hasta las rodillas, unas medias y unos zapatos negros de suela plana. Desde el primer momento me enamoré de la hermana Janet y creo que desde el primer momento congeniamos, ya que éramos las dos únicas personas jóvenes que sentíamos devoción en aquella iglesia, siendo el resto personas de la tercera edad. Yo tenía 31 años y ella 27. Ambos compartíamos, además, el gusto por la Literatura, ...
    ... siendo San Juan de la Cruz uno de sus poetas de cabecera.
    
    En cuanto a personalidad, Janet era muy conservadora, incluso más que para un cristiano promedio, siendo contraria radicalmente a cuestiones como el aborto y muy crítica con el Papa Francisco (aunque lo respetaba como cabeza de la Iglesia) por considerar que se había ablandado en algunas cuestiones y porque pensaba que estaba abandonando parte de la tradición milenaria de la Iglesia Católica. Los que han leído mis anteriores relatos, saben que si bien soy cristiano practicante, a la vez soy muy heterodoxo, cuestionando algunos dogmas de la Iglesia, ya que ante todo soy una persona racional y si bien tengo sentimientos espirituales, si algo no coincide con mi pensamiento lo rechazo. Y es aquí donde en este relato comienzo a cuestionarme uno de los preceptos de la Iglesia con respecto al clero (del que Janet formaba parte) y era el celibato obligatorio.
    
    Supe que Janet no era una chica virgen, ya que tuvo un amor de juventud, el cual no la supo apreciar y le fue infiel. Decepcionada en el amor y con los valores modernos de la sociedad actual, Janet decidió tomar los hábitos y vivir apartada del mundo, aunque no aislada por completo, ya que colaboraba en un comedor y usaba Internet para completar sus estudios de Filosofía. Mi presencia en aquella iglesia la animó a salir algunos días a hablar de la vida. He de decir que Janet no era alguien triste y gris como parecen algunas personas que viven en conventos, sino que ...
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