Estrené a una Testigo de Jehová (I)
Fecha: 19/11/2024,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Omar89, Fuente: CuentoRelatos
... en la calle estaba preciosa aquí estaba espectacular, con una blusa con botones y una falda algo más fina, además de tener el pelo recogido sobre una felpa de tela. “¡Qué contenta estoy de que hayas venido!”, me dijo, “yo también estoy feliz de verte”, dije con una sonrisa, “y esta experiencia es nueva para mí, podré ver de primera mano cómo son las reuniones de los Testigos”. Por dentro deseaba agarrarla y estamparla contra la pared de aquel lugar mientras desabrochaba su blusa y le bajaba la cremallera de la falda para hacerle el amor una vez tras otra. Pero debía calmarme, pues no era el momento ni el lugar. Todo llegaría.
La reunión la verdad es que estuvo algo aburrida. Un par de canciones, una exposición acerca de la Creación de Dios (negando completamente la teoría de la evolución que ya la Iglesia Católica había aceptado en 1996-algo tarde, lo sé-) y finalmente, el comentario de “La Atalaya” sobre el Año del Jubileo. Básicamente se ponían a repetir o directamente leer lo que aquella revista decía. Cierto es que en las misas nos dedicamos a repetir otras fórmulas, pero había cierta espiritualidad en las mismas que no encontraba en estas reuniones. Sólo pensaba en meter la mano por debajo de la falda de Alicia, la cual estaba sentada a mi lado y podía oler su perfume, lo que me excitaba. Al acabar, le dije a Alicia, “¿me enseñarás la Biblia? Seguro que son interesantes tus explicaciones”. “Sí, si quieres podemos quedar un día en el sitio que digas”. “¿Qué tal mi ...
... casa?”, ofrecí. Mi casa por entonces estaba vacía, pues mi hermana mayor se había casado con su pareja y ya no vivía allí, y mis padres en determinados días trabajaban fuera, por lo que era fácil convertir mi casa en un picadero, como había hecho ya con otras. Pero esta era diferente, había que ir con delicadeza.
Llegó aquel día acordado con Alicia. Vino sola, acompañada de su Biblia y algunos panfletos que pensaba que eran de mi interés. Estuvimos conversando sobre la Biblia. Alicia me contó que podía contrastar lo que me decía con mi edición católica. No me perdía una palabra de lo que decía, aunque a veces era complicado porque me perdía nadando en el azul de sus ojos. Cuando acabó la clase, me dijo que siempre había tenido un buen recuerdo de mí, porque al contrario de los demás, no me burlaba de ella por sus creencias. Yo dije que me alegraba de que Dios la hubiera puesto en mi camino. Y lo decía en serio, pues en aquel momento pensaba que Alicia se convertiría en mi esposa y en la madre de mis hijos, aunque ella no lo supiera.
No se me ocurría qué decir para seducir a una chica de este tipo, así que le ofrecí un baño en mi piscina. Ella dijo que no había traído bañador, así que le dije que podía entrar en el cuarto de mi hermana y usar algo que le estuviera bien. Contra todo pronóstico, ella aceptó y yo sin creérmelo: “Eres un católico escuálido”, me dije, “si al menos fueras uno de esos católicos fuertes que llevan pasos en Semana Santa… pero no sirves ni para ...