Mi madre es mi obsesión desde que logré masturbarla, 3RA PARTE
Fecha: 20/11/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Aún estaba alucinando después de haber tenido sexo con mi madre, un sexo prohibido y morboso, el cual me excitó tanto que me dediqué a pensar en eso mientras se iba la noche. Vi como mi madre se levantó desnuda de la cama, me dio un beso volado, se puso un short y una blusa que le quedaba un poco grande y se dirigió a la cocina, yo me puse un boxer y bajé así siguiéndola, le dije:
Mami, me gustó mucho lo de anoche, y a ti?.
Levantó su mirada y me dijo:
Nunca pensé que iba a tener sexo nuevamente y menos con mi propio hijo.
Pero te gustó?
Lo que sentí contigo no lo había sentido desde hace mucho tiempo, ni siquiera con tu padre.
Le pregunté por segunda vez:
Pero te gustó?
Sin levantar su mirada me dijo un tímido: si
y ¿Con quién lo sentiste entonces?
Sin mirarme como concentrada en lo que estaba haciendo me dijo:
Con unos desgraciados, pero contigo fue diferente, pues esta vez yo lo quise y no quiero hablar de eso, así que nunca más me lo vuelvas a preguntar. Al decir eso salieron lágrimas de sus ojos y se puso a secar unos platos.
Ya no le dije nada pues mi madre estaba muy dolida y se le notaba en el rostro. No indagué más por el momento, pero la hipótesis que me había planteado en la noche sobre que mi madre estaba traumada por algún incidente sexual había sido cierto, su vida sexual tomó un giro radical y nunca pudo estar con otros hombres, ni siquiera con mi padre.
Quería hacerla sentir bien, me le acerqué y le dije que cuente ...
... conmigo para hablar si así lo deseaba, la abracé y le di un beso en la mejilla, seguimos abrazados por unos segundos más y la besé en la boca.
Mi madre se apartó rápidamente, pero la agarré de las nalgas juntado su sexo con mi miembro erecto; estaba muy duro, no sabía si por lo sucedido anoche o pensar que mi madre tuvo varios orgasmos con unos desgraciados, al admitir que al momento en que le ocurrió tal suceso, sintió un placer en la misma magnitud que le hice sentir yo.
Me exitaba ser el primer hombre que la hizo tener orgasmos luego de aquel nefasto incidente y que conmigo pudo hacer lo que con mi padre le fue imposible, pues conmigo si quiso entregarse aunque su mente le jugaba malas pasadas.
Quería mostrarle a mi madre de algún modo que ese placer lo podía sentir a voluntad y que su satisfacción no necesariamente implique que alguien se lo haga sentir sino que pueda provocárselo de manera libre y voluntaria. Quería que se sienta una hembra en celo y que sus deseos reprimidos más internos los satisfaga conmigo sin vergüenzas ni tapujos.
Así que cuando la atraje hacia mi, agarrándola de las nalgas, la arrimé contra una mesa, le agarre su concha e inserté dos dedos a través de su short, mi madre cerró las piernas y le dije: ¿te gusta?
Ella miró hacia abajo y dijo tímidamente: si. Le bajé el short con su calzón incluido, de un solo tirón y se lo dejé a la altura de los tobillos, le abrí las piernas y empecé a dedearla.
Di cuánto te gusta
No
¿Cuánto te ...