1. Clases de verano con Sarita 3


    Fecha: 28/10/2018, Categorías: Anal Masturbación Primera Vez Autor: predatorgapes, Fuente: xHamster

    ... ofrecía.Aborrecí a ese pijo afortunado, que sin merecerlo alimentaba los sueños húmedos de esas dos adolescentes. Me las imaginé a ellas, inocentes, mojando sus braguitas mientras fantasean en convertirse un día en la novia de un tenista “famoso” como él. No perdían ninguna oportunidad para intentar impresionarlo, exagerando sus posiciones de forma que se realzaran sus figuras, y ruborizadas le miraban con unas risitas que apestaban a flirteo.Los otros dos chicos se aprovechaban de tal espectáculo aunque no fueran directamente los destinatarios de tales agasajos. Pero Sarita, siempre tan maja, se ocupaba de que no se sintieran ignorados, y a menudo los achuchaba cuando conseguían algún punto que destacara, o para animarlos cuando los fallaban.Y menudo espectáculo era ver a Sarita entrenarse. Sus incipientes pechos, libres de cualquier estorbo, se agitaban con los correteos y saltos de la chica. Se distinguían a simple vista esas formas, puntiagudas y firmes, sostenidas en el aire como por arte de magia, y se adivinaban unas areolas de generosas proporciones, terminando en unos botones muy tentadores. Yo no habría dudado en pulsarlos repetidamente, aunque hubieran sido los detonadores de una guerra nuclear.Con el calor y el ejercicio, una mancha de sudor se fue formando bajo sus brazos, dotando la fina tela de su polo de marca de una translucidez que amenazaba con revelar los íntimos tonos colorados de sus pezones. Era una cuestión de tiempo, y de momento esa ventana creada ...
    ... por la transpiración desvelaba los costados de sus senos, dando aún más pistas de su forma y tamaño.Por abajo, la faldita se plegaba a menudo sobre su cintura, dado a los saltos que daba al retornar algún golpe y al constante movimiento por la pista. Cuando eso pasaba, dejaba a la vista de todos esas mallas pegadas a su figura como una segunda piel. Su culito firme y abultado quedaba francamente expuesto, y tan solo el blanco puro y el brillo particular de la tela me hacían recordar que llevaba algo puesto. Por delante era más difícil verla desde mi posición, pero pude vislumbrar en más de una ocasión como la telita se había acomodado también entre sus labios vaginales, que sobresalían prominentemente, quizá hinchados por el calor.Justamente en esa zona el sudor también empezó a hacer mella, con dos grandes manchas que se habían empezado a formar en sus ingles. Fueron aumentando poco a poco, extendiéndose hacia su entrepierna y por detrás, entre sus respingonas nalgas. En poco tiempo, el fino y blanco tejido elástico de sus mallas dejó entrever los pálidos tonos de su piel, excepto por su monte de Venus donde se adivinaba la pelusita oscura que lo cubría.Yo, desde la distancia y sentado en la grada, me estaba excitando con tan solo verla entrenar. Ni me imagino como debían estar esos dos otros chavales y el entrenador, tan cerca de ella, y con mejor ángulo para ver debajo de su falda. Seguro que se estaban poniendo las botas y podían ver más de lo que podía ver yo, además de ...
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