Una fantasía hecha realidad
Fecha: 20/11/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Pachacamac, Fuente: CuentoRelatos
... que había alquilado y los dos fueron al hotelito de la costa norte. Después de enfilar en la sinuosa carretera que discurre por las montañas de la sierra de Tramuntana, llegaron al hotelito perdido entre los acantilados. Los recibieron con una copa de champagne en la terraza del hotel junto a la piscina, con vistas a la costa. Las vistas eran preciosas, un sin fin de calas y acantilados al borde del mar, sin apenas edificaciones, nada que ver con la idea preconcebida de la Mallorca turística saturada de hoteles. A pesar de que estaban a mediados de febrero, el sol lucía radiante y apenas soplaba una ligera brisa. El mar estaba sorprendentemente calmado y transparente. Brindaron de nuevo por el cumple de Paula y por el fin de semana. Ella estaba encantada con aquella situación, era como hacer real una de sus fantasías. Se sentía como la joven amante del apuesto maduro que la acompañaba. De hecho, el personal del hotel los trataba como a una pareja. No parecían extrañados por la diferencia de edad, ya que era habitual en el hotel este tipo de parejas. Hablando de sus ilusiones y sus proyectos se hizo la hora de comida, que Félix pidió que les sirvieran en la misma terraza. Le encantaba cómo la miraba Félix. Se sentía desnudada por su mirada intensa, se notaba deseada y eso hacía que su excitación fuera en aumento. Hacía rato que su vientre vibraba de deseo y que notaba mojada su vagina. La atracción que Paula ejercía sobre Félix era del mismo calibre. No podía dejar de admirar ...
... la belleza de aquella criatura, frágil y sensual, sus labios carnosos, su larga melena, sus perfectos pechos, todo le atraía en ella y su único deseo en aquel momento era poseerla. Acabada la comida, la atracción mutua era clamorosa, pero ninguno de los dos se atrevía a manifestarla. Fue Paula quien finalmente se decidió a hacer una inocente propuesta:
- Ufff, estoy agotada, hoy me he levantado muy temprano para coger el avión. Y después del champagne y el vino de la comida, me echaría un rato a tomar la siesta. - dijo Paula con la más inocente de las sonrisas.
- Vamos a mi habitación si quieres y descansas ahí. - respondió Félix tratando de disimular sus emociones
- Bueno, vale. - dijo cándidamente Paula
La habitación tenía un balcón con vistas al mar. Por la ventana entraba la hermosa luz de la tarde que iluminó a Paula cuando se tumbó sobre la cama y se hizo la dormida. Félix se tumbó castamente junto a ella para contemplarla. Entonces ella abrió los ojos y se encontró con la mirada de su admirador. Como atraídos por un imán invisible, sus bocas se juntaron y se unieron en un dulce beso que fue ganando en intensidad y pasión. A partir de ese momento, fue Félix quien tomó el mando de la situación. Como amante veterano y experto sabía cómo dirigir con delicadeza pero también con determinación la danza de los cuerpos que buscan darse y recibir placer. Paula se abandonó a las expertas caricias del hombre. Dejó que la desnudara, que sus labios recorrieran el trecho ...