Samantha: Corrupción y perversión de una casada (lll) (1/2)
Fecha: 21/11/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: JCerva, Fuente: CuentoRelatos
... una porque me apendejo. Pues eso de ayudar, como pudiste ver hace rato, no se hace. Todos los alumnos saben que, si alguien se quiere meter o ir de chismoso, le va igual o peor, por eso todos se limitan a solo mirar. Aparte ese pleito fue afuera de la escuela, así que la escuela poco y nada podía hacer. Y con lo otro. Si, el director es el que manda aquí, pero si quiere que la escuela reciba más fondos por parte de la Secretaria de Educación, tiene que demostrar que en esta escuela todos sus alumnos egresan con buen promedio. Por eso no puede correr al Brayan, aunque ganas no le faltan. De hecho, él ya tendría que estar en la prepa, pero como es un burro pues reprobó. Él estudiaba en el turno de la tarde, pero allá de plano casi nunca entraba a clases y se peleaba a cada rato. Por eso el director prefiero cambiarlo al turno de la mañana, según para que estuviera con los alumnos más listos y se le pegara algo de ellos, pero de plano no se le pega ni madres- el viejo conserje le contaba mientras le daba unas palmadas en la espalda en señal de ánimo si es que el chico quería seguir con su idea de ir de soplón.
-¿Entonces que hago?- un frustrado Daniel se preguntaba en voz alta
-Pues… si yo fuera tú, le diría a tus papás que te cambiarían de escuela. Al cabo se ve que tus papás tienen rete harta lana- el viejo sin dejarle de dar leves palmadas en su espalda le respondía a tan pensativo chiquillo.
-Imposible…- el niño rápidamente guardaba silencio ya que su padre le ...
... había dicho que no le dijera a nadie sobre su actual situación económica ya que le podrían hacer burlas. -Bueno, ya vere que se me ocurre. Muchas gracias Don conserje- Daniel levantándose de donde estaba sentado, se ponía enfrente del viejo y le daba su mano en señal de saludo.
-Goyo. Me llamo Goyo, chamaco jejeje- decía el viejo estrechando su mano con la del chico.
Después de unos minutos de seguir charlando, Daniel escucho el timbre que daba por concluido el recreo así que el chico despidiéndose de Don Goyo, salió de aquella bodega mientras iba pensando que no todas las personas de aquella escuela eran malas.
En esos momentos, pero en otro lado de la ciudad.
En la casa de Doña Carmen se podían escuchar los gritos fúricos de la mujer desde afuera de la casa.
-¡Ya levántate pinche huevon! ¡Ya es tarde y necesito que me lleves por la mercancía que compre!- eran los “buenos días” con los que Doña Carmen levantaba a la masa amorfa que estaba enredada entras las sábanas y cobijas de la cama.
-No estés chingando y déjame dormir otro rato vieja. ¿No ves que ayer llegué bien tarde de trabajar en el taxi? – decía la cosa que estaba echada en la cama que decía ser un hombre.
-No digas chingaderas Erasmo. ¿Acaso crees que no sé qué ayer te fuiste a tomar con tus amigotes? Si llegaste apestando a cerveza- la mujer le respondía mientras le soltaba dos manotazos.
-Déjate de chingaderas. Si me fui a echar unas chelas con mis amigos, pero fue porque no había jale en la ...