1. El jefe de mi esposo


    Fecha: 22/11/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Ishtar Flores, Fuente: CuentoRelatos

    ... disfrutaba a más no poder. “¡Haz como perra puta, haz como perra, aúlla!”, me ordenó el jefe. Yo, con el dolor que me causaba no quería obedecer, pero entendí que sería mejor cuando empezó a pegarme con la propia cadena en las nalgas y me gritó: “¡Qua aulles te digo, perra!” “¡Aaaau!”, grité, tratando de imitar a una perra siendo cogida por los perros. “¡Eso es, eso es, eres mi perra puta, eres mi perra!”, me dijo mi semental mientras me cogía con fuerza y sin piedad. Fueron varios minutos de inmenso dolor que tuve que soportar hasta que de repente mi semental dejó su miembro dentro de mí, al cabo de unos minutos saco aquel miembro y me dijo: “limpia todo, esperas a que te llame y vienes perra”. Obedecí, me subí la tanga, bajé mi minivestido me levanté y limpié todo el batidillo que había quedado, sosteniendo la cadena que colgaba del collar que tenía en el cuello.
    
    Cuando terminé de limpiar, ya empezaba a oscurecer y me senté a esperar a que “mi amo” me llamara; tardó unos diez minutos y me llamó; fui a su sala, en donde estaba el jefe de mi esposo sentado en una silla; me acerqué y él tomó la cadena que colgaba de mi cuello; se levantó y me dijo: “sígueme”; yo empecé a caminar detrás de él y entonces se detuvo y mirándome fríamente me dijo: “¿eres estúpida o qué? ¡como perra!”. Entendí que quería que lo siguiera en cuatro patas y me humillé haciéndolo; el infeliz de mi semental me condujo hasta su recámara; entramos y me dijo; eres una buena puta me dio cachetadas y me ...
    ... quito la correa, acto seguido me orino, “¡subete ese rico puti vestido que traes!” me ordenó de inmediato, yo lo hice y entonces él tomó mi tanga negra y la bajó; me dijo: “¡Me encanta tu vagina!”; acercó su cara a mi clítoris y comenzó a lamerlo mientras posaba sus dos manos sobre mis nalgas. De inmediato tuve una sensación de placer maravillosa, la lengua de mi macho era la de un experto, era evidente que ya había hecho eso muchas veces. No resistí la tentación de colocar mis manos en mis pechos y comencé a masajearme mis jugosas tetas. Anubis se dio cuenta de lo que hacía y se detuvo un momento para decirme: “¡Eso es puta, me encanta que te pongas cachonda, ya te estás mojando mamacita!” y era cierto, ya empezaba yo a sentir como mi vagina se lubricaba y como el calor empezaba a llenar mi cuerpo.
    
    Yo respiraba profundo, mi amo metió dos, luego tres y luego cuatro dedos en mi panocha que a esas alturas ya se encontraba totalmente empapada; en mi culo había dos dedos y su lengua seguía lamiendo mi papaya, haciéndome gozar tanto que de repente sentí como una descarga eléctrica recorría mi cuerpo y fue una explosión de placer; gemí como loca: “¡aaaahm, aaaah, siii, aaaah diooos, dios, siii!” El orgasmo fue intenso y duradero, yo sentía que todo mi cuerpo estaba descontrolado y perdí el control de mis brazos y piernas, que se agitaban sin parar. Después de varios segundos, o minutos, no lo sé, terminé el orgasmo y caí rendida el piso, pues mi semental me había soltado y había ...
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