1. El maestro de arte de mi hija


    Fecha: 26/11/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Ishtar Flores, Fuente: CuentoRelatos

    ... pegados al colchón y la espalda curveada hacia abajo, dejando muy bien empinado mi culo y le pedí que metiera toda su mano hasta la muñeca dentro de mi ano. Entonces él comenzó a dedearme.—A ver preciosa, te voy a meter tres dedos porque veo que ya los aguantas ¿verdad? —Me dijo mientras introducía sus tres dedos en mi ano—. Sí, preciosa te entran bien rico ¿verdad?—Sí, ¡Ah! ¡Aaaah! Se siente bien rico, a ver métame cuatro.
    
    Fue algo muy lindo sentir los dedos de un hombre dentro de mi ano. —Ya te están entrando, tienes mis cuatro dedos adentro ¿Como te sientes?—Se siente muy rico, me duele un poquito ¡Aaaah! ¡Aaaay! Ya métame la mano completa, suavecito, con mucho cuidado. —Ya está entrando mi mano, pero te siento muy apretada, tú me dices si te duele. —Yo sentí como mi ano se estaba desgarrando, aunque lo había sometido a doble penetración e incluso 3 miembros en mi ano, siento que ahora lo había sometido a tal estiramiento, sentía mucho ardor, como si se me fuera a reventar y me dio miedo, pero la excitación me rebasaba.
    
    —¡Aaay! ¡Aaaah! ¡Me duele mucho! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ya hágalo! ¡Más fuerte! Mi ano se estaba estirando, estaba abriéndose más y más. Me ardía alrededor del ano, pero era placentero.—Te la voy a meter un poquito más fuerte. —Cuando dijo eso me sentí muy excitada y el deseo de sentir esa gruesa y tosca mano dentro de mí. Me hizo aventar mis nalgas, entregándoselas para que su mano entrara completamente hasta la muñeca.—¡Aaaah! ¡Aaah! ¡Aaaay! ¡Me duele ...
    ... muchísimo! ¡Aaah! ¡Me dueleee! ¡Aaaay!
    
    Sentí mi ano desgarrado y el culo muy abierto. Ya no pude contenerme y rompí en llanto, lágrimas negras y saladas escurrían el rímel de mis pestañas, rodando por mis mejillas.—Ya te entró preciosa, tengo toda mi mano adentro de tu culito, se siente muy rico, está muy caliente. ¿Te duele mucho verdad? ¿Quieres que te la saque? —La mano de aquel hombre me tenía destrozada, sentí como mi ano intentaba contraerse y apretaba la mano del maestro.—No, no me la saque, déjela un rato ahí adentro. Quiero disfrutarla, siento mucho dolor, pero es muy lindo, siento bonito. —Está bien preciosa, entonces te la dejo adentro un rato. —Así la dejó durante 5 minutos. Yo me sentía desbordando de lujuria y excitación, esa mezcla de dolor y placer, me hacía sentir plena. El saber que un hombre tenía su mano adentro de mi causándome tal sufrimiento, fue el alimento perfecto para mi masoquismo.
    
    —A ver ahora intente cerrar su puño adentro de mí —Le pedí sabiendo que eso me dolería más—. ¡Aaah! ¡Aaah! ¡Me duele mucho! ¡Aaah! ¡Me gusta! Ahora, saque su mano con mucho cuidado por favor, muy suavemente. Cuando Lalo, sacó su mano de mi culito por completo, puso un espejo y mi ano quedo abierto, mostrándome el interior de mi culito, como si pidiera más, eso me hizo sentir mucha vergüenza, ya que perdí la fuerza en el esfínter y se me quedó abierto durante algunos segundos. Le pedí a Eduardo, que la volviera a meter, así lo hizo y comenzó a meter y sacar toda su mano con ...
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