1. Mis odiosas hijastras (5)


    Fecha: 28/11/2024, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... preguntarle a Valentina y la otra le contestaba mientras Sami y yo nos sentábamos en el sofá que parecía estar destinado para que permanezcamos juntos. Lamenté que Agos no tuviera la astucia de cambiarse de lugar. Si se sentara conmigo, sería fácil encontrar la manera de manosearla, sin que las otras se dieran cuenta, así como había hecho con Sami, solo que ahora mis manos se aventurarían a mayores profundidades. Pero no, debía tener paciencia —más de la que ya estaba teniendo—, y esperar el momento oportuno para ponerle las manos encima.
    
    —Sería buena idea comer temprano ¿No? —comentó Valentina, que ya tenía su cuerpo desparramado sobre el sofá más grande.
    
    A pesar de estar tan ensimismado, meditando sobre lo que debía ocurrir esa misma noche con Agostina, era una misión imposible no prestar atención a esas turgentes tetas que parecían querer escaparse de la remera, y esos pezones que se marcaban en la tela y dejaban en evidencia la ausencia del corpiño. Su mirada traviesa y algo petulante a la vez, también era algo difícil de ignorar. Valentina era evidentemente la más sexual de todas ellas, incluso más que la propia Mariel, según especulaba. No pude evitar sentir una punzada de decepción porque ahora tenía la certeza de que no era ella mi admiradora secreta. Pero Agos no era precisamente un premio consuelo. De hecho, ni siquiera era inferior a Valentina en cuanto a atributos físicos. Simplemente era diferente. Quizás lo que en realidad deseaba en lo más profundo de mi ...
    ... alma, era tenerlas a las dos en mi cama. O ya que estamos, a las tres.
    
    —Bueno, tampoco es taaan temprano —opinó Sami—. Además, yo ya tengo hambre.
    
    Eran pasadas las siete de la tarde, así que, si empezaba a preparar la cena y la hacía tranquilo, íbamos a comer poco después de las ocho. Un poco antes de lo que estábamos acostumbrados, pero tampoco era una locura. Además, a mí me convenía esa idea, ya que quería que cada una se fuera a su cuarto cuanto antes.
    
    —Eso te pasa por estar todo el día encerrada y no bajar a merendar —la reprendió Agos—. Hay que comer al menos cuatro veces al día ¿No sabías?
    
    —Sí mamita —se burló Sami.
    
    —Bueno, si quieren voy preparando unos tallarines con salsa —propuse—. Pero necesito al menos dos velas para estar bien iluminado en la cocina.
    
    —¡Yo te ayudo! —dijo Sami, entusiasmada.
    
    —Yi ti ayudi —se burló Valentina.
    
    Me pareció notar que Agos estaba decepcionada por lo que acababa de oír. De hecho, yo también lo estaba, pues esperaba que fuera ella la que se ofreciera, y así tener por fin un rato de intimidad con ella. De esa manera tendríamos un lindo recalentamiento antes de lo que fuera a suceder a la hora de dormir. Pero ella había estado muy lenta y Sami muy rápida.
    
    —Dale, vamos —dije.
    
    —Bueno, nosotras también deberíamos ayudar ¿No, Valu? —dijo Agos, mientras Sami y yo volvíamos a la cocina. La hermana del medio la miró con cara de pocos amigos— Digo, está tan oscuro… Debe ser incómodo cocinar así. Mejor llevemos todas ...
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