Soy una zorra infiel
Fecha: 28/11/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... estaba, un WhatsApp de Enrique.
—Te gusta jugar, eh 😏 —rezaba su texto.
—Eres un pervertido Enrique, lo que me has hecho con Alex delante ha estado mal —le escribí.
—Sí, ha estado mal, y te has puesto cachonda 😉, ¿o no? —me escribió él.
No respondí, tenía razón. Aquello había estado mal y lo peor de todo es que me había excitado muchísimo mirando a los ojos a mi chico, hablando con él, mientras su amigo me tocaba por debajo de la mesa.
¿Por qué lo había hecho? No lo entendía. Me sentía tan… sucia. Esto no es lo que hace una buena novia. Joder, lo sentía, Enrique me había pillado con la guardia baja.
—¿Dónde estás? Quiero verte —escribió de nuevo.
Su mensaje era una clara invitación a continuar lo que había pasado antes, terminar de romper la barrera.
Me dirigí a la cocina y saqué la botella de vino, la iba a necesitar.
Mire la pantalla del teléfono donde se mostraba aquel mensaje, aquel ofrecimiento del diablo a hacer fechorías. En mi interior estaba viviendo un gran debate interno. Por un lado, mi chico, Alejandro, con el que llevaba ya muchos años y había estado ahí en los momentos más duros de mi vida… pero joder, deseaba tanto aquello. Ya sabía que estaría engañándole con ese tremendo pollón, pero… que le jodan, era mi momento.
—En mi casa, ven. Vivo en el número siete —le puse.
No, no debía culparme por sentirme libre y feliz, si quería que aquel cabrón me follase, me lo merecía ¿por qué no?
—Voy de camino ...
... —escribió.
Apenas pasaron diez minutos cuando el telefonillo sonó, le abrí. Joder, estaba muy nerviosa.
—Oh, veo que alguien ya ha empezado sin mí —observo Enrique al cruzar el umbral de la puerta y verme con la copa de vino que sostenía entre mis temblorosos dedos.
De pronto, verle ahí delante, sabiendo cuáles eran sus intenciones me pusieron muy nerviosa, sentí de nuevo aquella voz en mi cabeza que me avisaba de la locura que estaba por ocurrir. Tragué saliva y encontré fuerzas para acallarla.
Ni siquiera podía respirar bien, mi ritmo cardíaco aumentaba y podía sentir mi corazón al máximo.
—Toma, era para ti —dije mientras le daba mi copa, no era verdad, no había pensado en ello, pero sentía muchísimas ganas de complacerle, como fuera.
—Así me gusta —dijo él.
Tomo mi copa de entre mis manos y de un trago se la terminó para acto seguido acercarse a mí y besarme.
No fue un beso bonito, como en las películas, ni siquiera fue un beso suave, no. Aquel beso desprendía lascivia, me metió la lengua y la retorció al contacto con la mía mientras que al mismo tiempo me agarraba del culo con sus manos.
—¿Entonces eres tan puta como dice tu novio? —me preguntó Enrique al terminar nuestro beso.
—No sé qué es lo que dice de mí…
—Poco más o menos que eres un pedazo de zorra exigente que siempre quiere más y nunca está satisfecha— soltó.
¿En serio decía eso de mi Alex? No me lo esperaba, mira, pues sucediese lo que fuese a suceder en aquel momento, sería en parte, mi ...