1. Soy una zorra infiel


    Fecha: 28/11/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... me asusté y contuve la respiración, pensé que me iba a dañar, pero me di cuenta de que aquello era lo que tanto tiempo había deseado, por fin estaba llena.
    
    Me resultó imposible reprimir un gran gemido de placer. Se sentía genial en mi interior, yendo y viniendo, abriéndome y haciéndome suya, yo solo quería más y más.
    
    —¿Tienes miedo de romperme o qué? ¡Dame más duro! —dije entre gemidos, mi cuerpo ardía.
    
    En ese momento paso todo muy rápido, me cogió del cuello con las dos manos y comenzó a follarme con fuerza, estaba siendo furiosamente embestida, empotrada y humillada. Pensé en Alex y en que él nunca me había follado así, y me dio igual, porque yo era de Enrique y su polla, podría hacer conmigo lo que quisiera; con esa idea en la cabeza y mientras me embestía, comencé a mover más mi culo siguiendo su ritmo y empujando con fuerza hacia atrás para que sentirle con más fuerza.
    
    —¿Has visto Alex? Te dije que era una disfrutona y que le iba a flipar. —dijo Enrique en ese momento.
    
    Mi corazón se heló de pronto, diré mi cabeza para mirar a Enrique confusa y después mirar al resto de cuarto que quedaba a mis espaldas. Allí estaba Alejandro, mi novio, sentado en una silla y con los pantalones bajados hasta los tobillos; tenía su pene en una de sus manos y se masturbaba furiosamente, estaba disfrutando de aquello.
    
    Mis pensamientos fueron en aquel momento, turbios y confusos… ¿Qué hacía Alex allí?
    
    En ese momento, Enrique se reclinó sobre mi y me susurro al ...
    ... oído.
    
    —Este es tu regalo, puta. Tu novio te ha entregado a mi para que sientas una verdadera polla dentro de ti —susurró.
    
    En ese momento lo entendí todo, el porqué estaba él tomando algo con Alex aquel día, la reacción a mi storie de Instagram, el porqué se había atrevido a tanto o como había disimulado… Y la sensación de placer qué me recorrió el cuerpo no me permitió otra cosa que no fuera seguir moviéndome contra el envite de Enrique y gemir, gemir para liberar tensión, gemir para que Alex me escuchase; para que me viese dominada por su amigo.
    
    —Vamos a probarla, ¿Te parece bien? —dijo de nuevo Enrique en voz alta.
    
    Supuse que le hablaba a Alex, por lo que no me giré y seguí intentando disfrutar de aquella sensación.
    
    —¿Bea, si te digo que te quiero follar por el culo, que me dirías?—preguntó, está vez dirigiéndose a mí.
    
    Entonces lo comprendí a que se refería con probarme, nunca, y repito, nunca, había tenido sexo anal con Alex; las veces que lo había intentado no habían sido con suficientemente energía o no me apetecía, y después, no había insistido mucho.
    
    —Qué tengo el lubricante en el segundo cajón —dije despacio.
    
    —Así me gusta.
    
    Enrique sacó su pene de dentro de mi y me sentí vacía por un instante, y me puso algo triste. Luego, me volví para mirar a Alejandro. No podía creer lo que estaba pasando, me había entregado de aquella manera y estaba gozando de como su amigo me iba a perforar el culo delante de él.
    
    Lo sentí frío, sus dedos impregnados en ...