1. Esposas desesperadas (parte 2)


    Fecha: 01/12/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: JORGEFAG, Fuente: CuentoRelatos

    ... abajo en la mesa, acomodándole las piernas para que el culo se levantara un poco y la ensarto de nuevo, un estoque hasta los huevos, que hicieron que la desfallecida señora Elda, retomara los gritos de placer.
    
    El señor Toribio empezó a embestir el culo de la señora, dejando huellas en su piel del castigo, marcas rojizas en varias partes del cuerpo de la señora Elda eran más que visibles, por el color de piel tan blanco, los gruñidos de esfuerzo del señor Toribio opacaba los débiles gemidos de la señora Elda, quien seguía recibiendo las oleadas de placer, pero no tenía fuerzas para seguir disfrutándolas.
    
    Fue en un movimiento del señor Toribio al tomar las nalgas de la señora para apalancarse y poder embestir más fuerte, que sus manos abrieron las nalgas de la señora, dejando al descubierto el tierno botón color durazno de su ano, que de manera inmediata se convirtió en la obsesión de él.
    
    Mira nada más lo que me encontré, que hermoso culo tienes putita, estoy seguro que nunca lo haz usado, hay que estrenarlo. Retiro la verga de la vagina de la señora, junto las piernas de ella para que el culo se levantara más, escupió sobre el ojo del ano y haciendo alarde de destreza se paró sobre la mesa para atacar el botón desde un ángulo diferente.
    
    Apunto su grueso fierro al pequeño orificio y empezó a empujar la cabeza del miembro, mientras que la señora Elda sentía como empezaba a abrirse sus entrañas, lo que lógicamente le genero un tremendo dolor.
    
    E: Ay! Me ...
    ... duele
    
    T: Pues no te resistas, afloja el culito para que te pueda caber toda mi mazacuata
    
    El señor Toribio empujaba con todas sus fuerzas mientras la señora Elda trataba de dominar el dolor para estar mas relajada y no ser lastimada por el garrote invasor.
    
    Poco a poco fue avanzando el miembro oscuro por el túnel rosado, acompañado de quejidos de dolor de la señora Elda y gruñidos de esfuerzo del señor Toribio, hasta que finalmente los huevos rebotaron en la carne de la señora.
    
    T: - No que no putita, ya te lo comiste todo
    
    Permaneció sin moverse unos segundos para que el esfínter de la señora se dilatara y pudiera penetrarla sin oposición, retiro su verga poco a poco, para volverla a ensartar en el delicado culo de la señora, lógicamente arrancándole un grito de dolor.
    
    Se repitió la operación en varias ocasiones, tal que sin darse cuenta, llego un momento que la señora ya no se quejaba, por el contrario, estaba empezando a disfrutar, los quejidos de dolor habían cambiado por gemidos de placer, lo que animaron al señor Toribio a arreciar los embates.
    
    T: ¿Ya te gusto por el culo putita?
    
    E: Si papito, destrózame el culo
    
    Esto último término por encender al señor Toribio quien embistió ya sin reserva, con toda la firme intención de vaciarse dentro de la señora Elda, la cual disfrutaba de cada embate por ese nuevo lugar, en una tarde llena de cosas nuevas.
    
    Al poco tiempo de estar taladrando el señor Toribio empezó a ponerse rígido, disminuyendo el ritmo de los ...
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