Un tipo de 60 años me rompe el culo como ninguno (III)
Fecha: 10/12/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos
Al día siguiente fuimos a lo de Sebas nuevamente. Entramos y las dos nos desnudamos de inmediato, nos pusimos nuestros collares y la correa. Él nos llevó tomándolas hasta al cuarto.
—¿Han sido infieles?
—No amo. Contestamos las dos.
—¿Se han masturbado?
—No amo. Dijimos.
—Hoy vamos a hacer las cosas diferentes… Maca, podes desprenderte la correa, pero no el collar. Dijo Sebastian.
Lo hice y me quede parada junto a Katia.
—Hoy le delego el poder a Maca, pero yo estaré supervisando y puedo pararla en cualquier momento. Las palabras de seguridad son las mismas Katia. ¿Entendido?
—Si amo. Respondimos las dos.
—Maca, vos dirás cuándo y de que forma quieres que intervenga, si quieres, claro. Ah, puedes usar cualquier cosa que haya en el cuarto.
—Si amo. Dije.
—Pues adelante. Y prepárate Katia, me parece que tu amiga te va a destrozar. Dijo Sebastián.
Tome un látigo y me senté en la camilla, apoyando las piernas en los apoyos.
—Chupame bien chupada puta. Dije.
Katia se puso de rodillas y empezó a darme una chupada de concha fenomenal. Yo, semi sentada, pasaba el látigo por su espalda, mientras hundía su cabeza en mi concha.
—Así putita, chupame bien. Dije.
—Si mi ama.
Me sonreí y lo mire a Sebastián que estaba sentado en la silla mirándonos solo con el bóxer. Cuando estuve bien caliente, la hice acostar boca arriba en la camilla, la ate, y le mordisque los pezones mientras acariciaba su concha. Katia gemía de placer. Fui a buscar ...
... el tapa ojos y se lo puse. Seguí chupando y mordisqueando sus pechos mientras le metía dos dedos en la concha. Sentí que estaba por llegar a un orgasmo y deje de masturbarla. Ella emitió un gruñido.
Busque los prensa pezones y se los puse. Luego, la rueda con puntas. El primer lugar donde la pasé fue su cara. Su cara de terror fue tremenda.
—Amarillo. Dijo Katia.
—Silencio, que todavía no he empezado. Dije.
Fui bajando con la rueda de a poco, sus hombros, sus pechos y ya no decía nada. Solo respiraba pesadamente. Saque uno de los prensa pezones, tome el pezón y lo estiré al máximo. Ella dio un grito de dolor y cuando sintió las puntas de la rueda recorriéndolo se cayó la boca. Seguí bajando y separe sus labios y pase la rueda por la parte interior de sus labios vaginales.
—Amo, ¿que se sentirá cuando te pasan esta ruedita por dentro de la concha o sobre el culo?
Katia se estremeció y dijo suavemente: “no ama, por favor no”.
Sebastián me miro sonriendo al ver a Katia totalmente sumisa. Fui a buscar un arnés con un consolador apenas más grande que la pija de Sebastián que del lado interior tenía otro consolador para mi concha. Solté a Katia y la hice poner boca abajo.
—Lo que sigue, puede ser placentero, doloroso, y de mil formas más. Será como vos quieras que sea, tu comportamiento será mi indicador. Cuanto más puta, más placentero. No te voy a atar, ni piernas ni manos ni nada. Te repito, o muy doloroso, o muy placentero. ¿Entendido?
—Si ama.
Hice ...