Un tipo de 60 años me rompe el culo como ninguno (III)
Fecha: 10/12/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos
... que apoye solamente las piernas en los apoyos respectivos y como le dije, no la ate ni inmovilicé sus manos. Me puse detrás de ella, y separe sus cachetes. Ella de inmediato los tomó y ella misma los separaba. Con mi lengua me puse a jugar con su culo. Ella gemía de placer sin parar. Mientras le chupaba el culo, pasaba el látigo por la espalda, dejándolo caer suavemente, haciéndole saber que lo tenía listo. Mi lengua la fue penetrando por el culo y ella llegó a su primer orgasmo.
Al lado mío había dejado la rueda con puntas. La apoye en su nuca, y la comencé a llevar hacia su culo haciendo la suficiente presión para que las puntas queden marcadas en su piel. Ella no soltaba sus cachetes y gemía como una gata. Cuando la ruda llego donde termina la espalda, se estremeció, dejó que siga bajando por la raya del culo hasta sentir los pinches en su orto. En ese instante tuvo un orgasmo tremendo, su cuerpo temblaba y arqueaba la espalda.
Deje la rueda y volví con mi lengua. Le pedí por señas a Sebastián que me alcance el aparato para pasarle corriente. Lo puse a mínimo y metí un mini consolador en su culo. Ella gimió, y el otro lo puse en su espalda y le di un shock eléctrico de menos de un segundo. Ella se arqueo por completo. Pero nunca soltaba sus cachetes.
—¿Te gusta putita?
—Un poco ama.
Puse el otro en su concha y apenas toque el botón. El shock fue mínimo, pero suficiente para que tenga un tremendo orgasmo.
—Gracias ama. Dijo con la voz ...
... temblorosa.
—¿Queres otro? Le pregunte
—Por favor ama.
Le di otro toque, apenas más largo y ella se arqueaba por completo y tenía otro orgasmo. Su concha chorreaba sus jugos. Sebastián miraba impresionado. Le di un tercer toque y fui a buscar la maquina cogedora, como yo la había bautizado cuando me acordaba de ella.
Todos mis movimiento con el arnés puesto, hacía que el consolador interno se moviera dentro mío aumentando mi calentura.
Puse el pene falso apenas adentro de su concha y puse la maquina en marcha. Cuando iba para atrás, se salía y volvía a penetrarla solo un poco. Nuevamente fui a jugar con mi lengua en su culo. Dilatándolo cuanto pude con mi lengua, busque un consolador pequeño y se lo puse en la mano.
Sin que le diga nada, se lo fue metiendo en el culo.
—Amo, ¿Compartimos un whisky? Le pregunté a Sebastián.
—Por supuesto.
Salimos de la habitación, yo sin quitarme el arnés.
—Sos sorprendente como domina. Me dijo Sebastián.
—Gracias amo.
Sirvió un par de vasos y volvimos a la habitación sin hacer ruido. Katia seguía masturbándose el culo mientras la máquina lo hacía con su concha. Tomamos nuestros whisky`s y me puse a chuparle la pija a Sebastián mirándolo a los ojos.
—Amo, gracias por permitirme este placer. Le dije.
—Es mi placer. Dijo sonriéndome.
Estuve un par de minutos y fui a sacarle la máquina de la concha.
—Amo, por favor, cógele la boca a esta putita. Le pedí.
—Sera un placer.
Me puse detrás de Katia, y apoye el ...