Sobreprotegiendo a mi sobrino
Fecha: 10/12/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos
... siento, todo mi cuerpo esta sobre ascuas, el tercer tirón en mi cérvix me lo deja bien claro.
Iba a correrme.
No puedo decir la emoción que sentía lo miré a los ojos y le sonreí, agradeciéndole.
Mis gemidos se volvieron más salvajes, y él debió entender lo que pasaba pues aumentó el ritmo una vez. De pronto mi interior estaba siendo penetrado con fuerza por una gran verga que no era de Mi Mor, y se sentía tan bien…
El grito que di cuando finalmente sentí mi orgasmo fue tan resonante que probablemente me escucharon en la calle, pero no me importó.
Sentí cientos de descargas eléctricas recorrer mi cuerpo, mi vagina se apretó alrededor de la verga de Cristian. Me dejé caer sobre él, gritando de gozo, lo abracé y finalmente le di un pequeño beso en los labios, de nuevo, agradeciéndole por el placer.
Ese chico me había hecho correr, era increíble…
Mi orgasmo tardó tanto tiempo en disiparse, que me pareció una eternidad. Cuando finalmente pasa, lo miró a la cara, él sonríe, y yo también.
C: —Espero que no creas que esto fue todo — empujándome para que me pusiera de pie, me costó separarme de esa verga casi tanto como mantenerme en pie.
Él se paró también y me empujó un poco hacia adelante, indicándome que quería que me inclinara sobre el brazo del sofá. Yo lo hago sin rechistar, después de lo que acabo de sentir, ni se me pasaría por la cabeza negarle algo a ese chico.
Cristian se coloca detrás de mí y comienza a pasar su verga por mi mojada vagina. ...
... Siento que se está burlando de mí, pues no la mete, solo me hace esperar.
Moví mis caderas de arriba abajo, indicándole que se apresurara. Desde esa posición no podía verlo, pero no me importó, solo quería hacerlo sentir bien.
Finalmente, tras hacerme esperar lo que me parecieron horas, comienza a volver a meter su verga, la misma que acababa de regalarme un maravilloso orgasmo.
Miró por encima del hombro y le sonrió. Él hace lo mismo, pero de pronto me penetra con tanta fuerza que me lanza hacia adelante, provocando que yo quedara recargada sobre el brazo del sofá, con el trasero completamente hacia arriba.
Solté un grito de sorpresa, pero también de placer, me lo hacía tan fuerte.
C: —¿Te gusta, puta? — en tono de burla.
Y: —Chingas a tu madre —le respondí, con una enorme sonrisa en mi rostro.
Entonces, para mi sorpresa levanta la mano y la descargar sobre mi trasero con fuerza. A pesar del dolor, el placer que sentí con su golpe fue mayor. Y eso debió haberse reflejado en mi cara.
C: —Ya no estás tan seria como antes, putita.
Y: —¿De qué hablas? — sorprendida.
Antes de responderme, comenzó a mover sus caderas con fuerza de nuevo, penetrándome como un animal y azotándome con su mano. El placer y el dolor eran tan fuertes que se mezclaban dando lugar a una sensación deliciosa para mí.
C: —Llegaste con una cara de perra pretensiosa — entre jadeos —. Y ahora, sigues teniendo cara de perra, pero de una que disfruta siendo cogida por el hombre que ...