¡Hijo, me tienes harta!
Fecha: 11/12/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
María entró aquella mañana por tercera vez en la habitación de su hijo. Abrió la puerta con ganas y vio que el joven seguía tumbado en la cama, hecho un verdadero bollo con las sábanas.
—¡Levántate ya, joder! —le vociferó como todos los días.
Eran las ocho y media de la mañana y ni siquiera había puesto un pie en el suelo. La habitación olía a cerrado y con cierto aroma fuerte que María sabía de donde vendría. El consumo de clínex era exagerado y el muy guarro no se le ocurría tirarlos a la basura. Los dejaba en la mesilla para que se secaran y que “alguien” los recogiera, por supuesto, siempre era su madre.
Javi hizo un sonido ronco como si todavía estuviera soñando, aunque bajo las sabanas tenía los ojos abiertos y esperaba que su madre se largase para estar tranquilo.
—Vas a llegar tarde a la universidad. —tiró de las sabanas y el joven, únicamente con sus calzoncillos, se acurrucó en posición fetal al notar que no tenía la protección de la manta— Siempre llegas tarde a la primera hora. ¡Levanta, vamos!
—Voy…
La voz de ultratumba dio unos segundos de paz al muchacho que vio cómo su madre se iba de la habitación con fuertes pasos. Nunca le dejaba dormir tanto como quería, ¿Qué más daba la primera hora? Lo que un joven necesitaba era dormir y bueno… las pajas, aunque eso nunca le faltaba.
Llegando a la cocina con el entrecejo torcido, Manuel levantó la vista del móvil viendo como su mujer llevaba el mismo cabreo que todos los días.
—Cálmate, cielo, ...
... es lo de siempre. Es un vago sin remedio.
—¿Y qué hacemos? ¿Dejamos que haga lo que quiera? Todos los días igual… no hace nada. —María se sentó al lado de su marido mirando el desayuno de su hijo que llevaba 20 minutos preparado. Lógicamente, estaba frío.
—Cuando tenga un trabajo, seguro que madurará. Al menos, cuando requiere, se pone las pilas, está sacando la carrera… ¿No?
—Saca la carrera con cincos de mierda porque no le apetece estudiar más, —el enfado mañanero todavía no se diluía— solo duerme, está frente al ordenador… —no quería añadir que también se masturbaba sin control— y sale de fiesta. ¡Esa es su vida!
—Cariño, como todos los adolescentes.
—Pero ¿y en casa qué? Ni siquiera hace la cama, ¡su puta cama! Y no la hace… —no la gustaba soltar palabras malsonantes, pero es que su hijo la sacaba de quicio.
—Ya te lo he dicho miles de veces, —Manu mantuvo un tono calmado, esperando que su mujer no la pagase con él— no le hagas su habitación.
—¡Claro, qué fácil! ¿Cómo no se me ha ocurrido antes? —su esposo casi podía sentir el sarcasmo golpeándole en la cara— Y que nos coma la mierda. Ya dejé de limpiar su cuarto durante una semana y no quiero volver a tener que limpiar semejante basurero como ese. —vio a su marido como movía la cabeza indicando que Javi llegaba.
—¡Coño! —María giró su cuello para ver, de que forma su pequeño entraba con pasos lentos— El bello durmiente. ¿Ya has dormido tus quince horas diarias para funcionar?
Levantó la mano ...