¡Hijo, me tienes harta!
Fecha: 11/12/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
... como si quisiera pedir calma. Aquel pasotismo a María la encendía como pocas cosas y tuvo que levantarse para empezar a limpiar lo que había en el fregadero, así no pensaría tanto en el vago de su hijo.
—Mamá, —se dio la vuelta para mirar, como sujetaba la taza con ambas manos— está fría. ¿Me la calientas?
—¡Hazlo tú! —le aulló mientras Manuel se levantaba en dirección al baño para escapar, podía oler la dinamita a punto de explotar y él, quería conservar todos sus miembros— Tienes unas bonitas manos para hacerlo, ¡levanta el culo y mételo en el micro!
Javi no lo hizo, dejó la taza en la mesa y se tomó su desayuno totalmente congelado, menos mal que siendo verano y con el calor que hacía le venía bien algo fresquito. María, en cambio, se mordió el labio para no decir más y cuando terminó de fregar, salió de la cocina con paso acelerado, para hacer… la habitación de su hijo.
Al escuchar que los dos hombres de la casa se marchaban, uno para la universidad (llegando tarde) y otro al trabajo, María se dejó caer en el sofá. Tenía todo más o menos terminado, quizá después de un rato relajándose le tocaría planchar, pero lo complicado, que solía ser la habitación de su hijo, era una tarea que estaba finalizada.
Aprovechó la buena mañana para ir a comprar por el barrio, se enfundó sus mayas de yoga, las zapatillas deportivas y con su pelo moreno recogido en una coleta, salió de casa sonriente. Pasó por dos tiendas, haciendo caso omiso a las miradas lascivas que ...
... SIEMPRE le lanzaba el panadero.
Le visitaba desde hacía veinte años y el muy viejo verde no cambiaba ni un poco sus ojos de depredador. Aunque era normal, María se conservaba en una buena línea y el yoga la ayudaba a mantener un cuerpo esbelto y tenso. No como Manu, que, avanzados los cincuenta, cayó en picado, cuesta abajo y sin frenos. Ella todavía a mitad de la cuarentena se mantenía a las mil maravillas.
Mientras caminaba con las bolsas de la compra, pensó en como poder acercarse Javi. Dentro de una semana terminarían las clases y le tendría metido en casa… todo el día. Aquello derivaría en miles de discusiones para que estudiara, no lo podía evitar. Alguna vez había meditado sobre si era demasiado dura, sobre todo cuando su marido le decía que dejara más manga ancha al joven, pero… igual Manu era demasiado blando.
Volvió a casa con varias miradas clavadas en su trasero, el yoga lo mantenía en su sitio sin grasa y con mucha dureza. Principalmente, los ojos del panadero eran los que más sentía, incluso salía de la tienda para saludarla con una amable sonrisa y después… mirarla con tal descaro que no podía disimular.
Ordenó la compra en la nevera y los cajones, aprovechando el rato libre que le quedaba para ponerse una serie en la televisión y descansar de toda la mañana. Esta no había sido especialmente dura, pero con el calor que hacía, parecía que las tareas del hogar pesaran el doble.
Cogió el móvil, aprovechando para hablar con su marido, que sabía que estaría ...