¡Hijo, me tienes harta!
Fecha: 11/12/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
... más era una excusa para que su madre no estuviera echándole la bronca de continuo.
La mujer estaba hartándose, con solo una semana juntos, no le soportaba más. No aportaba nada, se tumbaba en el sofá, no hacía su cuarto, no ayudaba en casa… solo estaba en el ordenador, veía películas y estudiaba… esto último cuando le gritaba. Al menos, parecía que si leía los libros más que de costumbre, o eso pensaba la mujer, ya que no sabía todo lo que estaba con el móvil.
—Mamá, voy a salir un rato. —soltó Javi desde la puerta sin mirar a su madre, que estaba tumbada en la sala.
—¿Has estudiado? —le miró por encima de la revista, tratando de comprobar si le iba a mentir. El joven asintió, pero María no le pudo ver la cara— Vale, ¿vas a venir a cenar?
—No sé. —el tono de voz era de lo normal, sin ningún tipo de emoción, como si hablar con su madre no le importase.
—¿Te hago la cena? —el chico alzó los hombros sin saber muy bien que haría.
—Ya me haré yo algo cuando llegue.
—Javi… eso… nunca pasa. —levantó una ceja sorprendiéndose de la tontería que decía su pequeño. No pudo contener una leve sonrisa que nacía en su boca debido a la incredulidad de la frase— Anda… Avísame por el móvil y te hago algo.
Se despidió con la mano y María se quedó sola en la casa, su marido llegaría en breve, pero le apetecía disfrutar un poco de la soledad. En multitud de ocasiones y, principalmente, esa semana, los momentos en los que la casa estaba en completo silencio eran los ...
... mejores.
Aprovechó para levantarse y darse una buena ducha, sin que nadie entrara preguntando donde estaba el pan Bimbo o las llaves del coche. Quería una pequeña relajación… quizá una buena masturbación con gemidos y sin contenerse, de esas que tan poco se podía dar.
Pero al pasar por la habitación de su hijo, algo le picó en el cerebro. Fue como una llamada y atravesó la puerta abierta para adentrarse en los dominios de su pequeño. No pudo evitar fijarse un poco en cómo estaba todo, pese a haber hecho su cuarto a la mañana, el escritorio era claro ejemplo de su “organización”.
Los libros y papeles que tenía de la universidad se agolpaban sobre toda la longitud de la mesa, de un extremo a otro, casi sin dejar ver la madera que los sostenía.
—En el caos, hay orden —dijo para ella misma, sin recordar donde había podido escuchar esa frase. Aunque tampoco se la creía, más parecían unas palabras salidas de alguien que quiere dar validez a su desorden.
Al menos, le pareció que su hijo estaba hincando los codos, o por lo menos… su “estudio fingido” estaba bien orquestado. Esa llamada mental para entrar en el cuarto, había venido de la mano de las palabras de su marido por acercarse más a su hijo. Por lo que hizo memoria sobre sus gustos, lo que Manu le decía por el teléfono, ya que ella… no los conocía. La verdad que conocía muy poco de él, últimamente solo discutían y eso no era bueno, aquella reflexión la disgustó.
—¡Menuda mierda de relación que tengo con mi hijo! ...