1. ¡Hijo, me tienes harta!


    Fecha: 11/12/2024, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... centímetros de su cuerpo. No dudo en echar un ligero vistazo a los senos de esta, los quería para él.
    
    —Así… —se atrevió a hablar Javi con la voz temblorosa y con un tono levemente mayor que un murmullo— Así no puedo estudiar…
    
    —¿¡Cómo dices!? —María se acercó mucho más, colocando su oído en la boca del muchacho para que le contestase. Repitió lo dicho— Repítemelo, que no te he oído. ¿¡Cómo dices!?
    
    Javi tragó saliva realmente atemorizado por el respeto que le provocaba ver de ese modo a su madre. El pene dio un leve salto dentro del vaquero, algo que, desgraciadamente, María se perdió y que le habría encantado contemplar.
    
    Logró humedecerse los labios, mientras miraba la perfecta oreja derecha de su madre como estaba muy cerca de estos. El pelo recogido en la coleta le caía por la espalda y en las gafas se podía reflejar su nerviosismo. Sacó todo el valor que pudo.
    
    —No puedo… —tomó valor y decisión— No puedo estudiar con tu porra en mi polla.
    
    Rápidamente, María volvió su cabeza para atrás, con la boca abierta del todo, fingiendo una sorpresa que rozaba la indignación. Se levantó de un salto mientras su hijo trataba de calmar su ansiosa respiración, algo que María ni siquiera ocultaba.
    
    Empujó con una de sus botas la silla de su hijo, que hizo que las ruedas le separaron de la mesa, fue algo bruto, sin nada de ternura, la agente Bermúdez estaba enfadada. Se colocó delante del chico, mirándole desde arriba con el reflejo de sus gafas y con la porra, meciéndola ...
    ... en ambas manos. Javi olió algo, un néctar que nacía debajo de la falda de su madre, donde unas piernas abiertas descubrieron una gota que corría por el muslo.
    
    —Como… te… —a la madre le costaba respirar y las palabras se le apelotonaban en una garganta seca de nervios y pasión— ¿¡Cómo te atreves, malnacido!?
    
    Javi no podía hablar, apenas era capaz de respirar con tranquilidad. Solamente notaba su pene rugir con fuerza para enfrentar a la policía que estaba abusando de su poder.
    
    —¿Quieres que te detenga, asqueroso? ¿Es eso lo que quieres? —María no dejaba de darse en la mano con la porra— Un buen correctivo policial es lo que te mereces, niñato.
    
    La gota de flujo que corría por su muslo se había detenido, evaporándose debido al cuerpo ardiente de la mujer, que ahora comenzaba a sudar de puro nerviosismo. Su lívido estaba por las nubes y por nada del mundo bajaría.
    
    En un lapso de tiempo que no supieron medir, se quedaron con los ojos fijos el uno en el otro. Javi vio como la mirada de su madre le analizaba por encima de las gafas, quizá a la espera de una contestación que diera permiso a toda la locura. No dudo en qué hacer, aunque no podía hablar, porque su garganta ya no le dejaba emitir ningún sonido, por lo que asintió.
    
    —¡Sucio delincuente…! ¡Eres un deslenguado y rebelde! ¡Te mereces el peor de los castigos!
    
    María no podía sujetar más la situación, no era una madre, no había dado a luz a Javi, solo era una policía cachonda con ganas de enseñar unas cosas ...
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