1. ¡Hijo, me tienes harta!


    Fecha: 11/12/2024, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... —unas cuantas caras de felicidad completaron el mensaje.
    
    —Me alegro mucho. ¿Vuelves a casa? —a la madre las manos le temblaban.
    
    —Sí, ya estoy en el metro, en quince minutos estaré.
    
    —Bien, ahora te tocan los otros dos exámenes para terminar. No te queda nada, cielo.
    
    —Merezco un poco de descanso, ¿no? —otra carita sonriente volvió a aparecer en la pantalla.
    
    A la mujer una pequeña sonrisa le esbozó en el rostro. Estaba llena de imaginación y como si tuviera puesto su disfraz policial, volvió a escribir en el móvil.
    
    —No. No te mereces nada. ¡Estudia!
    
    Su rostro se ruborizó al de pocos segundos, llenándose de un calor muy conocido que nacía entre sus pegadas piernas. El aire le sabía a poco y tenía que ventilar sus motores, cada vez le ponía más pensar en el juego que llevaba con su hijo. No entendía muy bien por qué, pero aquel rol dominante le hacía olvidar el parentesco entre ambos, cuando se lo ponía, era otra mujer.
    
    Javi volvió a casa al de diez minutos, parecía que la parte que tenía que ser andando, la había hecho corriendo. Recorrió el pasillo con cierta curiosidad, no se escuchaba nada en la casa. Abrió la puerta de su cuarto y se quedó quieto al ver quién le esperaba.
    
    La agente especial Bermúdez estaba sentada en la cama, con su atuendo habitual y señalando con la porra la silla de estudio. Tras sus gafas no se podía ver su expresión y, menos mal, el calor la estaba desatando y quería atravesar todos los niveles de ese juego.
    
    El joven la ...
    ... hizo caso, sentándose en la silla mientras ella cogía otra y se colocaba a su lado. La cremallera estaba muy bajada, más de lo normal, y el escote que dibujaba el sujetador era visible, incluso un poco de la tela negra de la que estaba hecho el sujetador.
    
    María no podía sentirse mejor. Miraba a su hijo con otros ojos, tras las lentes una mirada sedienta de amor y pasión observaba al joven como una depredadora. Apretando sus piernas cada vez más, sentía como un líquido pegajoso rezumaba de su interior para llegar de nuevo hasta la silla. No se podía contener, aquello era lo que más deseaba del mundo.
    
    —¡Estudia…!
    
    Su voz sonó autoritaria, pero sin poder ocultar un calor naciente que agarrotaba su garganta lasciva. Colocó la porra en el pecho de su hijo. Recorriendo lentamente un camino que conducía a la entrepierna de este, la tenía dura.
    
    El bastón bajó hasta el lugar donde un bulto sumamente grande reposaba con ganas de romper la tela. María apretó con fuerza, tanta que su hijo se inclinó sobre la mesa, comenzando a sacar los libros. Su madre, sin dejar de presionar su duro pene, se acercó hasta el odio de su hijo, dejando que viera su escote desde muy cerca y le volvió a decir con un susurro.
    
    —¡Estudia…!
    
    El aire caliente y llenó de erotismo, logró que el cuello del joven se retorciera por el escalofrío que nació en su espalda, llegando a perturbarle cada vértebra de la columna. Las manos le temblaban y cerró los ojos para sentir como su madre estaba a escasos ...
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