¡Hijo, me tienes harta!
Fecha: 11/12/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
... por no verlo antes.
No podía estar más inquieta, las piernas le temblaban y por poco olvidó su juego. Debía seguir metida en su papel, porque necesitaba esa polla en su interior, la necesitaba ya mismo, de pensar que “eso” era de su hijo… todo acabaría.
—No puedes llevar algo como eso… —soltó con la voz cortada sin que su hijo la contestase— Por hoy. Solo por hoy… Voy a hacer la vista gorda.
—Mire… —La voz de Javi parecía perdida y sus ojos estaban llorosos— Agente…, mire a ver… si es peligrosa…
—¿Cómo? —su conversación era más silenciosa que un susurro.
—Escanéala… con el aparato policial… que tienes bajo la falda…
A María un relámpago le cruzó la espalda y su labio inferior comenzó a temblar. Todo se había unido para que el momento fuera del todo ardiente. Ella asintió, sin dudar ni un momento en lo que iba a hacer. Con su hijo arrestado en la silla, pasó cada pierna a los lados de joven, se levantó la falda y comenzó a sentarse.
No hubo momento de espera y mucho menos de duda. Mientras el cuerpo de la agente Bermúdez descendía con celeridad, el pene del reo se ponía en disposición para que lo escanearan. Como si lo oliera o si el propio miembro fálico del chico tuviera consciencia propia, se dispuso en el agujero de su madre.
Javi sintió cada centímetro meterse en un horno líquido que le abrasaba. María cerró los ojos con la boca abierta tratando de aspirar un aire que no la satisfacía. Pudo mirar al final a su hijo, cuando aquel pene… ¡Aquel pedazo ...
... de polla…! Estuvo completamente dentro de ella sacudiendo sus intestinos.
Los movimientos empezaron a acontecerse, una sucesión de golpes fuertes de cadera que hacían que el miembro de Javi nadase en los líquidos de su madre. Ya no había conversaciones y menos miradas, los dos estaban haciendo lo que querían, sabiendo que después, habría consecuencias.
De momento, les daba lo mismo. Javi quería desatarse de sus ataduras, pero no podía, aunque María, viendo que el pobre apenas podía moverse, se bajó la cremallera del todo. Apartó la tela que le cubría el sujetador, sacándolo para que el joven viera sus bonitos pechos apretados el uno contra el otro.
Apenas llevaba un minuto cabalgando encima del joven. El coito estaba siendo intenso, no tanto en rapidez, sino en sentimientos. Las manos de María atraparon en un abrazo la cabeza de Javi, que comenzó a lamer la parte de arriba de los senos que tenía a su disposición. La madre comenzó a gemir, estaba decidida a manchar el pene de su hijo con los jugos de su vagina, de igual manera que hizo en la silla o en sus bragas.
El joven apretó un poco sus nalgas elevándolas sobre la silla y haciendo que la penetración fuera más profunda. María lo notó tan dentro como le tenía permitido su cuerpo y soltó un ligero grito que rompió el silencio de la casa.
—¡Ya…! —resopló con fuerza, un bufido en medio de la sabana— ¡Dios…! ¡Ya!
Javi emitió un sonido silbante detrás de sus dientes, notando como sus genitales se contraían. El ...