1. ¡Hijo, me tienes harta!


    Fecha: 11/12/2024, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... placer era inmenso y de incalculable potencia, las ganas de esos días, viendo a la agente policial responsable de sus estudios, explotaban en un instante. María apretó algo más, alzando sus rodillas para dejarlas caer de nuevo y que el pene de su hijo la penetrase como nunca antes le había pasado.
    
    Dibujó una gran “O” en sus labios, sin prestar mucha atención a la cara de su vástago, que se contraía de placer mientras sus manos seguían atadas a la espalda. El pene había engordado (aún más) sintiendo en su interior un placer que había olvidado por completo. Fue entonces que miró a su hijo, como reclinaba la cabeza hacia atrás, casi rompiéndose el cuello y soltando un quejido mantenido. Un calor vibrante la llenó por completo, haciendo que su trasero se moviera en tres espasmos seguidos y sus ojos se entrecerrasen temblorosos.
    
    El poderoso semen de su hijo, acumulado debido a que su madre estudiaba junto a él y le quitaba tiempo de pajas, chocó con lo profundo de sexo. El placer fue instantáneo y detuvo el movimiento para girar su cadera en círculos y detenerse paulatinamente.
    
    El orgasmo había llegado, su vagina apresó con fuerza todo lo que tenía dentro, haciendo una verdadera llave de artes marciales con sus labios vaginales, para después, relajarse por completo.
    
    Su cuello se tensó, las venas se vieron gordas y llenas de sangre, igual a las que rodeaban la gran polla de Javi. De su boca empezó a brotar un grito de placer, tan mantenido como sentido que salió de ...
    ... su alma.
    
    —¡AAHH…!
    
    El gemido continuó en el tiempo, mientras Javi, simplemente respiraba entrecortado con el corazón acelerado y con unas piernas que se movían poseídas por un demonio. La situación pareció calmarse al de un minuto, cuando la mujer logró levantarse con unas piernas temblorosas después de un único minuto de sexo.
    
    Se quedó de pie, con las piernas abiertas encima de su pequeño. Javi miró a la agente especial de policía más erótica sobre la faz de la tierra y como por debajo de su falda, manaba un líquido espeso y blanco que cayó hasta su pene.
    
    María bajó sus manos para separarse los labios vaginales con dos dedos. Tembló al hacerlo. Pero era necesario, tenía que sacar todo aquel exceso de semen que caía abundante de nuevo por donde había salido, la polla de su hijo.
    
    La agente Bermúdez, alejándose paulatinamente de su papel, dio un paso atrás, chocando contra la mesa y llevándose una mano a la frente por el calor que en ella nacía. Se sintió mareada, como si la realidad le hubiera dado un guantazo en todo el mentón. No era la agente especial, era María, la madre de Javi, al cual se había beneficiado hacía escasos segundos.
    
    Le dio un leve mareo, teniendo que apoyarse en el mueble aledaño a la mesa y caminó tambaleante hasta la puerta. Aunque no le dio mucho tiempo, tras de sí escuchó un leve clic, como si un cerrojo se hubiera abierto. Sin embargo, no era concretamente eso.
    
    A su espalda, su hijo estaba erguido con las muñecas rodeadas por las ...
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